El gobierno de Brasil reforzó la seguridad en cárceles de tres estados después de varias matanzas. Dos nuevas disputas en prisiones de Brasil terminaron el fin de semana con un total de 37 muertos, que se suman a los casi 60 que murieron hace una semana en una cárcel de Manaos, en Amazonas. El ministro de Justicia de Brasil, Alexandre de Moraes, dijo que la primera matanza, que ocurrió el viernes en una cárcel del estado de Roraima, fue resultado de un enfrentamiento interno de la banda narcotraficante Primer Comando Capital (PCC). Sin embargo, el secretario de Justicia de Roraima, Uziel de Castro, dijo que los incidentes fueron provocados por el PCC en venganza por el asesinato de sus miembros en Manaos. En todo caso, el viernes murieron 33 personas en esa cárcel. Ayer, otras cuatro murieron en un motín en otra prisión de Manaos. La cárcel había sido reabierta para albergar a presos del penal en el que ocurrió la masacre de la semana pasada y así separar a las bandas rivales.

Estos hechos agravaron la crisis del sistema penitenciario brasileño, y en respuesta, el Ministerio de Justicia autorizó ayer el envío de tropas y nuevos equipamientos para las cárceles de los estados de Amazonas, Rondônia y Mato Grosso para evitar nuevos enfrentamientos. El gobierno de Amazonas pidió “la ayuda de la Fuerza Integrada de Actuación en el Sistema Penitenciario”. Por su parte, el estado de Rondônia solicitó “más inversión para equipar y mantener los presidios”, mientras que el gobernador de Mato Grosso, Pedro Taques, pidió el envío de nuevos materiales para garantizar el control de sus cárceles.

El Ministerio de Justicia comunicó que las autoridades de Roraima todavía no se contactaron con De Moraes. Sin embargo, el gobierno de Roraima sostiene que ya solicitó ayuda con “urgencia” después de un episodio que causó la muerte de diez presos en octubre. Según manifestó, en esa ocasión el apoyo le fue denegado.