Peña Nieto recibió ayer aplausos de sus compatriotas por la decisión de cancelar su asistencia a la reunión con Trump, sobre todo en las redes sociales. “¡Bravo, Enrique Peña Nieto! México merece dignidad y respeto”, celebró el ex presidente Vicente Fox (2000-2006), quien impuso a lo largo de la jornada el hashtag #FuckingWall. Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, el opositor Javier Bolaños, aseguró que el presidente “no está solo” en estos “momentos definitorios” y llamó a armar un frente común para defender a México, sumándose al pedido de otros opositores, como el líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador.

Asimismo, varios países latinoamericanos manifestaron su solidaridad con México. También lo hicieron organismos regionales como la Unión de Naciones Suramericanas.

La cancelación del encuentro se produjo después de que Trump aumentara a sus niveles máximos la tensión con el país vecino. Anunció la construcción del muro en la frontera entre los dos países y dijo que México lo pagaría, ante lo que Peña Nieto emitió un mensaje televisado en el que afirmaba que no lo haría. “Si México no quiere pagar por el tan necesario muro, entonces sería mejor cancelar la reunión”, tuiteó Trump. Horas después llegó la respuesta: “Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes”, escribió Peña Nieto en la misma red social.

Mientras el presidente mexicano decidía qué postura adoptar desde Ciudad de México, considerando que esta condicionaría su política hacia el país vecino, su ministro de Hacienda, José Antonio Meade, y su canciller, Luis Videgaray, estaban en Washington preparando la visita. Desde allí advirtieron que suspender la reunión abriría un período de incertidumbre, especialmente para la economía mexicana.

Después de haber sido avergonzado por Trump en México en agosto, Peña Nieto no podía exponerse nuevamente. Sin embargo, la incertidumbre mencionada por Meade y Videgaray se suma a la tensión en la relación entre ambos países. El encuentro entre los presidentes tenía, entre otros, el objetivo de conversar acerca de la renegociación del tratado de libre comercio entre ambos, fundamental para México, que dirige 80% de sus exportaciones a Estados Unidos.

La administración de Trump no acusó el golpe que significa el desplante del presidente mexicano. Trump sostuvo que la cancelación de la reunión había sido de mutuo acuerdo y la Casa Blanca informó que se estaba trabajando para encontrar una nueva fecha, algo que no fue desmentido ni confirmado por las autoridades mexicanas. Además, el portavoz del presidente estadounidense, Sean Spicer, insistió con que será México el que pague por el muro que, según los líderes del Congreso, saldría entre 12.000 y 15.000 millones de dólares. Spicer dijo que una de las alternativas que se están estudiando es la de imponer un impuesto de 20% a las importaciones que lleguen desde México.

Polémicas internas

El gobierno de Trump ordenó a algunas agencias que limiten su comunicación con el público mediante la prensa y las redes sociales. Uno de los organismos afectados es la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés), pero un grupo de trabajadores abrió una cuenta de Twitter alternativa para informar sobre el cambio climático, como hacía la oficial. Esto se suma a la decisión del gobierno de eliminar del sitio web de la Casa Blanca información sobre el cambio climático. Ahora la única referencia a este tema refiere a la eliminación de “políticas perjudiciales e innecesarias”, como el ambicioso Plan de Acción del Clima de Barack Obama para reducir la emisión de gases contaminantes. El gobierno también forzó al Centro de Control de Enfermedades a cancelar un encuentro sobre el cambio climático al prohibirle financiarlo. El evento se llevará a cabo igual con el financiamiento del ex vicepresidente Al Gore. Grupos ecologistas advirtieron que Trump intenta controlar a los científicos y dificultar el acceso a la información sobre el calentamiento global por su convicción de que este no existe.