Los resultados de las elecciones municipales en Portugal muestran que los dos primeros años de gobierno del Partido Socialista (PS) no sólo fueron bien recibidos por su electorado, sino que además ayudaron a aumentar su poder a nivel local. Los socialistas vencieron el domingo con más de 39% de los votos, dos puntos más que hace cuatro años, y cosecharon así el mejor resultado de su historia. Se quedaron con 158 alcaldías, de las 308 que hay en el país. Además, es la primera vez desde 1985 que un partido que está en el gobierno gana unas municipales.

En contrapartida, el otro gran partido del país, el Social Demócrata (PSD), de derecha, tuvo su peor derrota en unos comicios locales, con cerca de 28% de los sufragios y una fuerte caída en las grandes ciudades. En total, la formación perdió el control de diez alcaldías. El líder del PSD, el ex primer ministro Pedro Passos Coelho –que fue duramente criticado por varios “pesos pesados” de su partido–, reconoció la derrota y prometió una “reflexión personal” sobre su liderazgo. En unos meses, el PSD celebrará elecciones internas y todavía no se sabe si el dirigente apostará a su reelección.

La del domingo era la primera prueba electoral a la que se sometían los socialistas desde que asumieron el gobierno en 2015, cuando se aliaron con partidos minoritarios de izquierda para formar un gobierno y revertir la victoria electoral de los conservadores, que también necesitaban aliados. Fue una prueba superada ampliamente. “El sentimiento que las personas han expresado es un refuerzo de la solución de gobierno”, dijo al respecto el presidente del PS, Carlos César, en una declaración a la prensa.