El gobierno de Irak mantiene su oposición firme contra el referéndum independentista del Kurdistán iraquí, que se celebró el 25 de setiembre, y contra sus resultados, en los que 92% de los votantes apoyaron la creación de un Estado kurdo. El martes, el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, dijo que no se podía quedar “de brazos cruzados ante los intentos de deshacer la unidad del país, porque esto conduciría a más problemas”.

Una de las acciones del Ejecutivo de Irak fue la suspensión de los vuelos internacionales que tuvieran como origen o destino los aeropuertos kurdos de Erbil y Suleimaniya. Otras se canalizaron mediante el sistema judicial. Ayer, en respuesta a una denuncia presentada por el Consejo de Seguridad Nacional, un tribunal iraquí emitió una orden de detención contra el presidente y los integrantes del Alto Comité para el Referéndum kurdo. En respuesta, según citó la agencia de noticias Efe, Handren Mohamed, presidente de ese comité, emitió un comunicado en el que calificó la orden de arresto de “una decisión política, sin importancia sobre el terreno”.

Tanto el presidente kurdo, Masud Barzani, como el titular del Parlamento iraquí, Salim al Yaburi, llamaron el lunes a dialogar “con una agenda abierta” para solucionar esta crisis política. Pero Al Abadi dijo que se niega al diálogo si no se suspende la iniciativa independentista.