El primer ministro palestino, Rami Hamdala, encabezó ayer el primer Consejo de Ministros que se celebra en la franja de Gaza desde 2014, en el marco del proceso de reconciliación que llevan adelante el partido Al Fatah –liderado por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas– y el movimiento islamista Hamas. Además de los representantes de las dos partes, estuvo presente en el encuentro una delegación de Egipto, que ofició como mediador en las negociaciones.

La reunión de gabinete se desarrolló 15 días después de que los líderes de Hamas decidieron, en El Cairo, aceptar las condiciones de Abbas y entregar las instituciones de la franja a la ANP para iniciar la formación de un gobierno de consenso, tras una década de división.

Ayer se empezó a materializar lo acordado. Hamdala formó tres comités para comenzar a gestionar la seguridad, el personal estatal y los pasos fronterizos, anunció el portavoz del gobierno, Yousef al Mahmud. Además, el primer ministro puso sobre la mesa distintas medidas para solucionar los problemas de agua, electricidad e infraestructura en Gaza. Los comités empezarán a funcionar inmediatamente después de un encuentro entre Al Fatah y Hamas que está previsto para la próxima semana en la capital egipcia.

Una de las condiciones que impuso Hamas para entregar el control administrativo a la ANP fue que esta ponga fin a las medidas de presión financiera impuestas a Gaza en los últimos meses, explicó el grupo islamista en un comunicado divulgado después de la reunión. Hamas aseguró además que, a pesar de la unificación, mantendrá su milicia armada en Gaza. “Hay dos brazos: el de la Policía y el gobierno, y el de la resistencia. Y mientras haya ocupación [...], habrá resistencia”, dijo al respecto el líder político de Hamas, Ismail Haniye, en una entrevista con la cadena egipcia CBC. Agregó que la voluntad de reconciliación está basada en el deseo de acabar “con el bloqueo de Gaza y el sufrimiento de la gente”.

Por su parte, Hamdala afirmó después del encuentro que Palestina vive un “momento histórico” porque, finalmente, los dos bandos lograron “superar las heridas, hacer a un lado las diferencias y poner el interés nacional por encima de todo lo demás”.

Quien no aplaudió el apretón de manos de ayer fue el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Dijo que no aceptará la reconciliación entre Hamas y la ANP si no reconocen “el Estado de Israel y, por supuesto, el Estado judío”.