El sábado terminó el plazo para registrarse como candidato presidencial de México ante el Instituto Nacional Electoral (INE), de cara a las elecciones generales que se celebrarán el 1º de julio de 2018. Se trata de la primera vez que ciudadanos que no representan a partidos políticos pueden aspirar a la presidencia del país, y el número de interesados superó todas las expectativas. El ente electoral confirmó el domingo que un total de 86 candidatos independientes mostraron su intención de participar en los comicios. Agregó que siete son mujeres (9%) y 79, hombres (91%).
Sin embargo, no todos están confirmados. El INE informó que, de esos 86 aspirantes, sólo 40 cumplen con todos los requisitos y fueron calificados de “procedentes”. Otros ocho fueron directamente declarados “improcedentes” por no cumplir con las exigencias establecidas en la convocatoria, y a 38 se les pidió responder a algún requerimiento realizado por la autoridad electoral. Si estos últimos logran satisfacer las demandas de la autoridad electoral, serían en total 78 los aspirantes a suceder al presidente Enrique Peña Nieto. Recién entonces pasarían a la segunda etapa del proceso, en la que cada candidato debe recolectar las 866.500 firmas que, por ley, necesitan para estar en las papeletas el año que viene.
Entre los requisitos que exige el INE para ser aspirante aparecen tener la credencial vigente, crear una asociación civil y abrir una cuenta bancaria. Una vez que el ente asegure que los candidatos cumplen con todas las condiciones, tendrán hasta el 12 de febrero para conseguir el apoyo ciudadano. Ese día se definirá quiénes competirán efectivamente.
El camino para lograr que se aprobaran las candidaturas independientes fue largo. Varias organizaciones civiles, como el movimiento ciudadano Yo Soy 132 y el colectivo Reforma Política Ya, trabajaron durante años con legisladores e hicieron manifestaciones masivas para lograr una reforma de la ley electoral, pero no pudieron hacerlo antes de las elecciones de 2012. El derecho de los ciudadanos a ser registrados como candidatos independientes se introdujo unos meses después de esos comicios, pero sólo para quienes se postulaban a los gobiernos locales. Recién en setiembre de 2013 el artículo se reformó para sumar a quienes aspiraban a la presidencia y a ocupar escaños en el Parlamento.
Con distinción
En la extensa lista de candidatos independientes se destaca Margarita Zavala, esposa del ex presidente del Partido de Acción Nacional (PAN) Felipe Calderón. La ex primera dama de México, que se posiciona como una de las candidatas favoritas, empezó el lunes con la recolección de firmas. “Hoy inicia una nueva historia”, dijo ese día la política y abogada en un comunicado. “Nos ponemos en manos de los ciudadanos, de las mujeres y jóvenes que se quieren abrir paso; de los padres y madres de familia que están preocupados por el país de sus hijos, y de millones de mexicanos que están hartos de vivir entre la corrupción, la delincuencia y la deshonestidad”, agregó.
Después de 33 años de militancia en el PAN, Zavala, de 50 años, decidió desvincularse de esa organización política hace menos de dos semanas y anunció que se postularía a la presidencia como candidata independiente. Horas después de presentar su renuncia, la ex primera dama explicó en las redes sociales que se iba porque la dirigencia del partido “bloqueaba” sus aspiraciones políticas. Dijo que hace dos años anunció su intención de ser candidata presidencial por el PAN y “la respuesta siempre fue una evasiva”.
La dirigente también criticó la situación en la que se encuentra esa formación conservadora. Entre otras cosas, dijo que sus órganos de deliberación “dejaron de serlo”, que ningún ciudadano ha sido admitido como militante en los últimos años y que, debido a los problemas que presenta el padrón de miembros, se cancelaron las elecciones internas. Agregó que en el PAN se impusieron “las condiciones antidemocráticas” que tanto criticaron de otros partidos y denunció que las decisiones que se toman están condicionadas a lo que diga la cúpula.
De hecho, dentro de la formación se veía como poco probable que Zavala pudiera convertirse en la abanderada presidencial del PAN, ya que Ricardo Anaya, presidente del partido y también candidato a la presidencia, tiene influencia sobre la mayoría de los dirigentes. El tiro les salió por la culata: sondeos recientes muestran que la candidata recabó más apoyos desde que anunció que abandonaba el PAN.
También resalta, entre los candidatos independientes, la portavoz del Consejo Indígena de Gobierno (CIG), María de Jesús Patricio, que cuenta con el apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). El CIG agrupa a decenas de pueblos originarios “para tomar las decisiones sobre los asuntos y problemas” que involucran a la comunidad indígena, según dice la página web de la agrupación.
El día en que fue a registrarse ante el INE, la líder indígena nahua de 53 años apodada Marichuy dijo que su propuesta se basa en “plantear para todos los mexicanos” la “organización que se tiene en las comunidades y que es heredada”. Sobre su plan de gobierno, explicó que es “colectivo” y diferente al de los políticos que “lo tienen diseñado” para que sea “una persona la que dice y una persona la que decide”.
Marichuy, que además de ser activista por los derechos humanos es especialista en medicina tradicional, aseguró que su campaña no va a recibir “ningún peso” del INE y volvió a criticar a los políticos que, a su entender, dejaron “clarito” que “en este tiempo de catástrofes” –en referencia a los terremotos que sacudieron México en setiembre– “no les interesa la gente de abajo”.
Por otra parte, la líder pidió “organizarse” para “acabar con este sistema capitalista, este sistema patriarcal, este sistema racista y clasista”. Y, en la misma línea, llamó a luchar contra el machismo porque “si los pueblos originarios viven esa discriminación, mucho más las mujeres”. Agregó: “Y yo creo que no solamente las mujeres de las comunidades indígenas; pienso que es a nivel nacional. Por eso esta lucha va para todo el mundo [...] Por eso tenemos que organizar todos esos dolores que están pasando nuestras comunidades y nuestros pueblos”.
El viernes, la primera mujer indígena que se postula a la presidencia en México inició una gira por las cinco juntas de buen gobierno zapatistas, las instituciones creadas en 2003 por el EZLN, en el sureste de México, para llevar a la práctica su autonomía. El objetivo del tour, que finaliza mañana, es conocer las necesidades de los indígenas y campesinos que viven en esas regiones, así como debatir posibles soluciones a los desafíos que enfrentan.
El sábado, en su visita a la comunidad de Guadalupe Tepeyac, en Chiapas, el Comité Clandestino Revolucionario Indígena celebró la magnitud del encuentro alcanzado por los pueblos originarios por primera vez en la historia. “Ha llegado la hora de estar representados todos y todas, campo y ciudad, por una compañera que luchará por el pueblo de México”, dijo una representante del comité que le dio la bienvenida.
Otro candidato que causó revuelo cuando anunció que se postulaba a la presidencia es el gobernador del estado de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, alias El Bronco, quien en 2015 se convirtió en la primera persona en ganar un gobierno local en México por la vía apartidista. El político pertenecía al oficialista Partido de la Revolución Institucional (PRI), pero renunció ese año para postularse como candidato a gobernador.
“Si los ciudadanos de Nuevo León me dan su permiso, quisiera despertar a todo México para que quitemos a los partidos políticos del gobierno y podamos generar un nuevo régimen, un nuevo sistema. Recuerden que sin ustedes, no me voy a ningún lado”, dijo El Bronco en Twitter unas horas después de presentar su candidatura ante el INE. En la misma red social, aseguró que “si de aquí a diciembre” logra un número de firmas que le dé la pauta de que tiene chances para presentarse a la presidencia, pedirá licencia como gobernador para concentrarse en su campaña.
Cuesta abajo
Que esta sea la primera vez que puedan presentarse candidatos presidenciales independientes explica por qué la cantidad de aspirantes es abrumadora. Sin embargo, no es la única razón. Su impulso tuvo que ver también con que los partidos tradicionales –el PRI y el PAN– están en crisis. Y pareciera que muy pocos los quieren representar.
El caso de Zavala lo muestra bien. Su partida del PAN, de hecho, agudizó la división que ya se vivía en el partido y, en contrapartida, favoreció a la ex primera dama. Unos días antes de su renuncia, el presidente de la mesa directiva del Senado, el “panista” Ernesto Cordero, destacó que la salida de Zavala del PAN provocaría que millones de votos que hicieron presidentes a Calderón o a Vicente Fox se fueran con la dirigente, mientras que Anaya se quedaría con la “estructura clientelar” del partido, que no son más de 280.000 votos.
El desencanto con los partidos tradicionales también explica por qué actualmente el candidato que lidera las encuestas de intención de voto es Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Un sondeo que publicó el lunes el diario mexicano El Financiero muestra que, si las elecciones fueran hoy, ganaría López Obrador con 32% de los votos. En segundo lugar quedaría Anaya –que en los últimos tres meses bajó de 25% de apoyo a 19%–, y lo seguiría el candidato del PRI, el actual secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que se mantiene con 24%. Enseguida se ubicaría Zavala, que desde julio creció 7% y ahora se ubica en el cuarto puesto con 16%.
El estudio mostró otro dato revelador: si Zavala fuera la candidata del Frente Ciudadano por México (la coalición electoral que forman el PAN, el Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano), habría a un empate técnico con el candidato de Morena.
Los mexicanos acudirán a las urnas en julio de 2018 para renovar 3.416 cargos, además del de presidente, entre ellos los de diputados, senadores, ocho gobernadores y el jefe del gobierno de Ciudad de México.