“¿Dónde está Santiago Maldonado?” es la pregunta que se renueva a diario en carteles, muros, redes sociales y cartas, en el marco de un reclamo que ya traspasó las fronteras argentinas. Es también la frase que ayer encabezó las movilizaciones en distintos puntos de Argentina para exigir respuestas sobre el paradero del joven, a dos meses exactos de su desaparición en Chubut, cuando participaba en una protesta de la comunidad mapuche.

En la manifestación principal, que tuvo lugar en Buenos Aires, los familiares de Santiago cuestionaron el manejo del caso por parte del gobierno –al que acusaron de “desviar la investigación” con hipótesis falsas y de llevar a cabo una campaña de desprestigio contra el joven desaparecido– y pidieron la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

También insistieron en que el caso estuvo politizado desde el principio. “Desde que Gendarmería se llevó a mi hermano, su desaparición es política”, expresó en ese sentido Germán Maldonado, hermano de Santiago, de espaldas a la Casa Rosada y ante las 100.000 personas que acompañaron el reclamo, según el conteo de la red de periodistas judiciales Cosecha Roja.

En uno de los momentos más aplaudidos del discurso, otro de los hermanos de Santiago, Sergio, volvió a insistir con que la responsabilidad es de la Gendarmería Nacional. “Confieso que al principio me ilusioné al pedir la colaboración de los gendarmes; sin embargo, ahora estoy convencido de que no existe la bondad de los gendarmes ni de los jefes que participaron en la represión a la comunidad mapuche”, expresó. Además, criticó a “los ministros, jueces y fiscales” que “sólo han cuidado sus intereses” durante la investigación del caso. Después se dirigió directamente al gobierno: “Quisiera preguntarle al presidente [de Argentina] Mauricio Macri y a todos sus ministros dónde está Santiago”.

Al final de la manifestación, que hasta ese momento había transcurrido de manera pacífica, un grupo de encapuchados buscó generar incidentes, tal como había sucedido en la protesta convocada un mes antes. Los encapuchados, al igual que el 1º de setiembre, lanzaron bombas de estruendo a la Policía y agredieron a fotógrafos y camarógrafos de medios como C5N, Crónica y América.

El reclamo en Argentina, según informó el diario Página 12, tuvo su eco en otros países, como Chile, Ecuador, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y Suiza.