Se puede decir, sin dramatizar, que el martes los demócratas tuvieron sus mejores resultados desde que Barack Obama ganó las presidenciales de 2012. Todas las miradas estaban puestas en Virginia y Nueva Jersey, dos de los llamados “estados clave”, donde el martes se votaba gobernador. En Virginia, el triunfo fue para el demócrata Ralph Northam. Su rival era el republicano Ed Gillespie, quien se había embanderado con las mismas ideas del presidente Trump en temas como la inmigración, el combate contra las pandillas y las estatuas de los líderes confederados de la Guerra Civil.
El triunfo de Northames un golpe para Trump en el mismo estado en el que hace un año el presidente perdió por cinco puntos con Hillary Clinton, su rival demócrata en las presidenciales. Desde Asia, donde se encuentra de gira, Trump apoyó a Gillespie pero no hizo campaña con él. A pesar de manifestarle su apoyo, el mandatario se distanció rápidamente del candidato una vez que se conocieron los resultados. “Ed Gillespie trabajó duro, pero no se adhirió a mí o a lo que represento”, escribió en Twitter.
En sus primeras declaraciones luego de la victoria, Northam dijo que el cómodo triunfo demócrata en Virginia envió un mensaje al país. “Virginia nos ha dicho que pongamos fin a la división, que no aceptaremos el odio y la intolerancia, y que pongamos fin a la política que ha desgarrado a este país”, afirmó.
En este estado, además, Danica Roem se convirtió en la primera persona transgénero en integrar un Congreso local, al ganar un escaño en la Cámara de Delegados de Virginia. La periodista y candidata demócrata hizo historia al obtener más de 54% de los votos y derrocar así al republicano Bob Marshall, que ocupó ese puesto en los últimos 25 años.
“No importa cómo seas, de dónde vengas, cómo rindas culto o a quién ames. Si tenés buenas ideas para hacer políticas públicas, si estás calificado para el cargo, tenés todo el derecho de llevar tus ideas a las instituciones”, dijo ayer Roem, de 33 años. Su mensaje iba dirigido, directa o indirectamente, a su rival republicano, quien se negó durante toda la campaña a dirigirse a Roem como mujer e impulsó una serie de medidas que vulneraban los derechos de la comunidad LGBTI. Por ejemplo, fue Marshall quien planteó restringir el uso de los baños públicos para las personas trans.
Además, el republicano, de 73 años, ha intentado –sin éxito– impulsar enmiendas como la que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer únicamente o el proyecto de ley que pretendía prohibir que las personas homosexuales formaran parte de la Guardia Nacional de Virginia.
En tanto, en Nueva Jersey, el demócrata Phil Murphy venció a la republicana Kim Guadagno. Según los medios estadounidenses, Guadagno se vio perjudicada por su asociación con el impopular gobernador actual, el republicano Chris Christie, que fue precandidato presidencial y perdió con Trump en las internas.
En las ciudades también
El martes, la atención también estuvo focalizada en las elecciones a alcalde, en las que se destacó la ciudad de Nueva York. Allí, fue reelecto el demócrata Bill de Blasio, quien en su primer discurso tras el cierre de las urnas avisó que su victoria marca el “comienzo de una nueva era”.
Sus declaraciones traspasaron las fronteras de la mayor ciudad del país. En este sentido, el alcalde reelecto dijo que luego de los triunfos demócratas del martes, Estados Unidos es “un poco más justo y un poco más azul”, en referencia al color con el que se identifica el Partido Demócrata. “Que nos oigan en Nueva Jersey, en Virginia. Es un mensaje también a la Casa Blanca”, afirmó De Blasio.
También recordó sus principales propuestas electorales, como la escolarización gratis a partir de los tres años de edad y un nuevo impuesto a “los más ricos” para mejorar el sistema del metro, el más grande del país.
El demócrata competía contra la republicana Nicole Malliotakis, hija de padre griego y madre cubana, que obtuvo un magro 28% de los votos y que durante la campaña intentó rescatar la bandera de la inmigración. Se quedó corta.
En el resto de las ciudades en las que se elegían alcaldes también salieron favorecidos los demócratas. En Boston, estado de Nueva York, el alcalde demócrata Marty Walsh obtuvo su segundo mandato al vencer al concejal Tito Jackson después de una discreta campaña.
Otro que fue reelecto es el alcalde de Detroit (Michigan), el también demócrata Mike Duggan, que se enfrentaba al senador local Coleman Young II, hijo del primer alcalde negro de la ciudad. Por su parte, la ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte, elegía a su sexto alcalde desde 2009. Allí, la alcaldesa interina Vi Lyles, demócrata, derrotó al republicano Kenny Sith.
En Seattle, estado de Washington, la ex fiscal federal Jenny Durkan y la planificadora urbana Cary Moon, las dos demócratas, compitieron para sustituir al ex alcalde Ed Murray, que renunció después de recibir acusaciones de abuso sexual. Los ciudadanos de esta ciudad sólo podían votar por correo, por lo que el conteo de votos demora un poco más y el resultado se dará a conocer en los próximos días.
En tanto, en Atlanta, Georgia, la demócrata Keisha Lance Bottoms y la independiente Mary Norwood fueron las más votadas en la disputa por la alcaldía, entre casi una docena de candidatos. Su empate técnico obligó a que se celebre una segunda vuelta, prevista para el 5 de diciembre.