En el paisaje predominan el gris, el polvo y el silencio. Los edificios de la zona afectada por el terremoto están incompletos o directamente en ruinas, se ven autos aplastados y, en extensos lugares públicos como las plazas, hay carpas improvisadas para quienes se quedaron sin techo. Ayer los comercios y las escuelas permanecían cerrados.

El suelo tembló el domingo cuando todavía no eran las 21.30 y la gente se aprontaba para dormir. El epicentro del terremoto se registró en la provincia iraní de Karmanshah, informaron el Instituto Geológico de Estados Unidos y el Centro Sismológico de Irán. Este país se llevó la peor parte: 415 personas murieron y cerca de 6.700 resultaron heridas. En las localidades más afectadas se cortaron las comunicaciones telefónicas, la electricidad y el agua. Muchas carreteras también quedaron inaccesibles.

El panorama era parecido del lado iraquí, aunque en menor proporción. El Ministerio de Salud de Irak informó ayer que, en total, murieron ocho personas y 535 resultaron heridas. La mayoría de las muertes tuvo lugar en Halabya, una ciudad fronteriza que forma parte del Kurdistán iraquí y está ubicada 32 kilómetros al norte del epicentro.

Por su parte, el Ministerio de Salud del Kurdistán iraquí precisó en un comunicado que cuatro muertes se produjeron en la región de Darbandijan, dos en Karamian y dos en Suleymaniya. En Darbandijan, además, fue afectada una represa hidroeléctrica, por lo cual hubo evacuaciones.

Todos los servicios de emergencia de Irak e Irán están actualmente concentrados allí. En Irán, el ayatolá Ali Jamenei ordenó al gobierno y a las fuerzas de seguridad utilizar “todos sus medios” para ayudar a la población. En respuesta, las autoridades movilizaron a todos los cuerpos de seguridad, incluidos el Ejército y los Guardianes de la Revolución, para acelerar las tareas de rescate y de retirada de escombros. En tanto, el presidente iraní, Hasan Rohaní, aseguró que su gobierno apoyará a las víctimas con “todos sus recursos”.

Una vez que pasó el temblor, la población iraní afectada se aglomeró en las calles debido a la amenaza de réplicas, que llegaron a ser más de 100, según el Instituto de Geofísica de la Universidad de Teherán.

También el presidente de Irak, Haydar el Abadi, ordenó la movilización de los equipos de protección civil para ayudar a los damnificados. Además, Irak recibió la asistencia de la vecina Turquía, que fue uno de los primeros países en enviar ayuda humanitaria a pesar de que había tomado medidas contra el Kurdistán iraquí por la celebración del referéndum de independencia sin la autorización de Bagdad.

Tanto en Irak como en Irán trabajan además equipos de voluntarios de la Media Luna Roja, que ayudan en las tareas de búsqueda de desaparecidos y ofrecen primeros auxilios a las víctimas. Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas aseguró que “ayudará si se lo solicita” y la Unión Europea expresó su “disposición de apoyar en todas las formas que se puedan considerar útiles”.