El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dará un discurso hoy en el que anunciará si reconoce a Jerusalén como capital israelí, informó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders. Además, ayer Trump informó a los gobiernos de Palestina y Jordania que trasladará a esa ciudad la embajada estadounidense en Israel, que hoy se encuentra en Tel Aviv. Así lo comunicó por teléfono al presidente palestino, Mahmud Abbas, y al rey jordano, Abdalá II, informaron portavoces de ambos gobiernos. El gobernante estadounidense también habló ayer con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y con el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi.

El traslado –que fue prometido por Trump en la campaña electoral– podría estar acompañado por una declaración expresa de reconocimiento de Jerusalén Este, la zona árabe de la ciudad, como territorio israelí, pero incluso sin esa declaración se interpretará como un avance en este sentido.

El portavoz de la presidencia palestina, Nabil Abu Rudeina, dijo que en la conversación Abbas “reafirmó que no hay ningún Estado palestino sin Jerusalén Este como su capital, de acuerdo con las resoluciones de legitimidad internacional”. Jerusalén Este fue ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días, en 1967, y posteriormente, en 1980, fue anexada a ese país. Esta decisión unilateral no fue reconocida por la comunidad internacional, y Palestina reclama Jerusalén Este como la capital de su futuro Estado. Hasta ahora, el futuro de Jerusalén ha sido uno de los puntos de desencuentro en las negociaciones entre israelíes y palestinos. Ante este escenario, las embajadas en Israel están ubicadas en Tel Aviv, incluida la de Estados Unidos.

Sobre la posición del gobierno palestino, Rudeina también dijo que Abbas “continuará sus contactos con líderes mundiales para evitar esa acción inaceptable”. Durante el fin de semana, Abbas habló con los jefes de Estado de Egipto, Jordania, Catar y Francia sobre la posibilidad de un reconocimiento de toda Jerusalén como capital israelí, por parte de Estados Unidos, que ya anunciaban medios periodísticos. En respuesta, algunos de estos países advirtieron que reconocer a Jerusalén como territorio israelí alimentará la tensión en la región y generará respuestas diplomáticas.

Por su parte, el gobierno jordano informó que Abdalá II advirtió a Trump que la mudanza de la embajada tendrá “repercusiones peligrosas” para la región y obstaculizará cualquier intento de iniciar conversaciones de paz. Jordania también convocó a una reunión urgente de los cancilleres de los países de la Liga Árabe, que se agendó para el sábado.

Además, el portavoz de la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, subrayó ayer que “el estatus final de Jerusalén debe resolverse mediante la negociación directa de las dos partes” y que las decisiones “unilaterales” pueden “menoscabar” la solución de los dos estados.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió que reconocer a Jerusalén como capital israelí implicaría que el gobierno de Trump cruzara una “línea roja para los musulmanes” que podría llevar a que su país rompiera relaciones diplomáticas con Israel. El encargado de responderle fue el ministro de Servicios de Inteligencia de Netanyahu, Yisrael Katz: “Los días del Imperio Otomano acabaron hace tiempo [...], espero que Turquía no decida cuál es nuestra capital”.

También hay especulaciones en torno al anuncio: algunos medios estadounidenses indican que Trump no tomaría una decisión de este tipo sin el respaldo de Arabia Saudita –que últimamente se ha acercado a Israel, país con el que comparte el rechazo a Irán–, y algunos israelíes dicen que la embajada se trasladaría a Jerusalén Este, lo que haría aun más polémica la decisión.