Un ex policía acusó al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, de haber pagado a personas para que maten a supuestos delincuentes y drogadictos, fomentando así la creación de escuadrones de la muerte.

Arthur Lascañas es un policía retirado que lideró un escuadrón de la muerte en Davao, la ciudad de la que Duterte era alcalde antes de llegar a la presidencia y en la que lanzó su guerra contra las drogas, que ahora extendió a toda Filipinas. Dos abogados defensores de los derechos humanos presentaron ayer a Lascañas en una conferencia de prensa en la Cámara de Senadores y plantearon que sus acusaciones podrían ser la base para un juicio político contra el presidente.

Según la versión del ex policía, Duterte les pagó a él y a otras personas para que mataran a terceros y cometieran otros delitos. Contó que en 1993 les ordenó poner una bomba en una mezquita, como venganza porque musulmanes habían sido acusados de hacer lo mismo en una catedral católica. También dijo que en 2003 el grupo que él integraba asesinó por encargo al periodista de radio opositor Jun Pala.

“Todos los asesinatos que cometimos en la ciudad de Davao, no importa si los enterráramos o lanzáramos al mar, eran pagados por el alcalde Rody Duterte”, dijo Lascañas en la conferencia. “Por cada muerte, el alcalde Duterte nos pagaba 20.000 pesos [400 dólares] y a veces 50.000 o 100.000”, agregó.

Las declaraciones de Lascañas se suman a las de Edgar Matobato, que en setiembre dijo que era sicario, integraba grupos paramilitares y seguía órdenes de Duterte. Matobato dio su testimonio ante una comisión de la Cámara de Senadores que se proponía investigar las denuncias que vinculan a Duterte con los escuadrones de la muerte. Mencionó a Lascañas, que fue citado a declarar ante la comisión pero cuando estuvo allí negó su participación en cualquier actividad ilegal. Ayer dijo que no quiso hablar antes porque no quería que sus sobrinos supieran que también mató a sus dos hermanos, que eran drogadictos. “Lo hice porque estaba convencido de que la campaña estaba bien”, dijo.

Según la agencia de noticias Efe, la comisión del Senado archivó la causa el año pasado por falta de pruebas, y estas nuevas declaraciones podrían generar su reapertura.

Duterte ha negado que hubiera tenido vínculos con escuadrones de la muerte. Sin embargo, ha reconocido públicamente que sí asesinó personas y que instaba a policías a hacerlo porque, a su entender, eran drogadictas.