El ministro de Energía y Minería de Argentina, Juan José Aranguren, anunció ayer cuáles son las nuevas tarifas de electricidad que regirán a partir de hoy en el país.

Informó que para 83% de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires -esto es, tres millones de personas- se aplicará un aumento de entre 60% y 148%. Los costos se dividen en cuatro franjas de consumo. A modo de ejemplo, quienes se encuentran en la primera franja y consumen menos luz pasarán de pagar ocho dólares por mes a 13 (60% de aumento), mientras que quienes se encuentran en la tercera franja pasarán de 39 a 74 dólares (90%).

Aranguren explicó que el incremento en la capital, la zona más poblada de Argentina, se debe a una suba de 37% en el precio estacional de la tarifa para todo el país. El precio estacional es un cargo fijo que se cobra todos los meses y varía de acuerdo a la demanda de energía. Este aumento se debe al retiro de parte del subsidio a la tarifa, algo que pretende hacer completamente para “recuperar en la tarifa el costo de generación” y destinar el dinero de los subsidios “a quienes más los necesitan”. El aumento de esta tarifa, que afecta a todas las provincias, se llevará a cabo de forma progresiva a partir de hoy: de 20 a 25 dólares a partir de hoy y a 40 dólares en marzo. El titular de Energía explicó que los aumentos se dividirán entre febrero y marzo para que haya “menos carga en el bolsillo” de los usuarios en un mes de mucho consumo de energía.

El ministro aseguró que el gobierno enfrenta una etapa de “normalización del precio mayorista de energía eléctrica”, que busca facilitar las inversiones en el sector, recuperar la calidad del servicio y reducir los costos de generación. En tanto, confirmó que la “tarifa social” destinada a personas con menos recursos continuará vigente para jubilados, pensioniostas, trabajadores domésticos y monotributistas, aunque también sufrirán un aumento, en este caso de 35%.

Finalmente, el ministro celebró que los cortes de luz en Buenos Aires -que suelen ser muy habituales en verano- se hayan reducido en frecuencia y en duración respecto del año anterior. En su opinión, esta reducción “no es sólo consecuencia de una mejor administración”, sino también de que se mantuvo mejor la red eléctrica, hubo un seguimiento del trabajo de las empresas y los usuarios cambiaron su “conducta”, marcando una tendencia al ahorro ante el aumento del precio.

Aranguren compareció junto al secretario de Energía Eléctrica, Alejandro Sruoga, quien anticipó otras dos subas del precio de la luz: una en noviembre (19%) y otra en febrero de 2018 (18%).

Unas horas después, en la Casa Rosada, Macri puso su firma en el acuerdo anunciado a principios de mes para impulsar la explotación de gas no convencional en el área de Vaca Muerta. De ese forma formalizó un convenio pactado entre el gobierno nacional, la provincia de Neuquén, las empresas y los sindicatos petroleros. En el que fue su primer acto oficial del año, el mandatario dijo que se trataba de un acuerdo “histórico” por el que se invertirán “más de 5.000 millones de dólares el primer año”, cifra que se “duplicará” en los años siguientes.

El acuerdo favorece a las empresas involucradas, ya que elimina las retenciones a las exportaciones de petróleo para reducir los costos empresariales e incrementar así la rentabilidad de los proyectos. Sin embargo, elimina una serie de beneficios de los trabajadores, como las llamadas “horas taxi” -que cobran por el tiempo que demora el traslado desde sus hogares hasta los pozos petrolíferos-, la reducción de la cantidad mínima de operarios por pozo y la eliminación de horas extras, entre otros. Además, las empresas podrán reducir la cantidad de trabajadores por equipo de perforación, tendrán poder para decidir cuándo las condiciones climáticas ameritan la suspensión de las actividades y podrán disponer de los empleados con mayor flexibilidad para rotarlos en distintos puestos. Por estas razones, los detractores consideran que el convenio es un intento de “precarizar” el mercado laboral. La Confederación General de Trabajadores y otras centrales sindicales criticaron el hecho de que haya sido acordado entre empresarios y delegados de sindicatos, excluyendo a los trabajadores, que no sintieron que estuvieran representados sus reclamos. Los sindicatos del sector aceptaron firmar el acuerdo argumentando que la prioridad es preservar los puestos de trabajo.

En ese evento, Macri aprovechó para referirse a las medidas anuncias por Aranguren. Al respecto, agradeció a los argentinos “por la comprensión” ante el nuevo tarifazo y aseguró que este tipo de decisiones forman parte del “camino para tener energía y poder crecer”. Agregó: “Este aumento nos va a ir acercando al 47% de lo que vale la energía y arrancamos prácticamente con nada. Es un camino gradual, un paso todos los días”.