Las empresas calificadoras no son muy afectas a los juicios terminantes. Tampoco es común que utilicen palabras demasiado fuertes en sus informes, por lo que, para la mayoría de las personas, los juicios que emiten estas firmas dicen siempre más o menos lo mismo. Un reciente informe de Fitch que analiza las decisiones y anuncios del nuevo gobierno estadounidense rompe con esa lógica y es meridianamente claro. Lo que sucede es que pese a los niveles récord que alcanzan los principales indicadores en Wall Street y el idilio inicial de las bolsas con Donald Trump, la forma de hacer política de su administración causa inquietud en muchos agentes de este mercado. En particular en las agencias de calificación crediticia, como Fitch.

Para esta empresa de calificación, con la llegada de Trump al poder las políticas de Estados Unidos se han vuelto menos previsibles, los canales internacionales de comunicación y las normas que rigen las relaciones comerciales se están abandonando y, como consecuencia, son mayores las probabilidades de cambios súbitos e inesperados en las políticas estadounidenses, lo que puede tener “potenciales implicaciones globales”. El informe destaca: “La administración Trump representa un riesgo para las condiciones económicas internacionales y para los fundamentos de la deuda soberana”.

Estos riesgos sobre los créditos soberanos incluyen, de acuerdo con Fitch, posibles cambios disruptivos en las relaciones comerciales internacionales, reducción de los flujos de capitales entre países, limitaciones a los movimientos de personas y mayor volatilidad en las cotizaciones de monedas y en los mercados financieros. Además, destacan que la materialización de esos riesgos generaría un marco desfavorable al crecimiento, lo que pondría más presión sobre las finanzas de los estados, ya sea porque los créditos no estén disponibles o porque su costo se eleve considerablemente.

Los países que presentan mayores riesgos “son aquellos con lazos económicos y financieros estrechos con Estados Unidos y que están bajo observación debido a desequilibrios financieros existentes o percepciones de marcos o prácticas injustos en sus relaciones bilaterales”, de acuerdo con el informe. “Canadá, China, Alemania, Japón y México han sido identificados explícitamente por la administración [de Trump] como países que tienen acuerdos comerciales o políticas sobre tipos de cambio que ameritan atención, pero es poco probable que la lista termine allí”, señaló Fitch. Añadió que la revisión de la perspectiva de las calificaciones de México, que pasó de BBB+ a negativa en diciembre, reflejó esas mayores incertidumbres económicas y la volatilidad en los precios de los activos que siguieron a las elecciones estadounidenses.

Por otra parte, Fitch advierte a los países que reciben inversiones directas de Estados Unidos, y que en gran medida han financiado la actividad de las industrias exportadoras hacia Estados Unidos, que están en riesgo de ser blancos de medidas comerciales punitivas por parte del gobierno de Trump. El informe señala que “Canadá, China, Alemania, Japón y México han sido explícitamente identificados por la administración [de Trump] por practicar determinadas políticas o tipos de cambios”. Es decir, casi todas las grandes economías.

Por otra parte, Fitch advierte que las posibles medidas del gobierno estadounidense no sólo afectarán a estos países, sino que caerán en cascada sobre otros que integran la misma cadena de valor que los señalados. En particular Fitch menciona el efecto que tendrían esas medidas sobre las cadenas de valor “especialmente bien desarrolladas” como las de Asia -centradas en China- y las de Europa Central -cuyo foco principal es Alemania-.

Asimismo, controles más duros sobre la inmigración pueden generar efectos significativos sobre los flujos de remesas enviados por trabajadores extranjeros a sus países de origen, lo que afectaría negativamente a países como México, Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua.

La agencia reconoce que algunas medidas de la agenda de Trump podrían tener un efecto positivo para el crecimiento, como el aumento de la inversión en infraestructuras o la rebaja de impuestos y cargas fiscales. Asimismo, destaca que tras la “ráfaga” de medidas “perturbadoras” adoptada por la nueva administración en sus primeras semanas, la política de Trump tenderá a normalizarse. Sin embargo, la agencia cree que la balanza de riesgos se inclina hacia un escenario global “menos benigno” y recuerda que el gobierno de Trump ya ha roto el acuerdo comercial con el Pacífico, ha confirmado que buscará renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y ha amenazado con sanciones a las multinacionales estadounidenses que inviertan en el extranjero.