Fue un fin de semana de definiciones en la política española. El PP y Podemos celebraron sus congresos, y también hubo novedades en el PSOE, ya que la dirigente andaluza Susana Díaz reivindicó su participación en la disputa interna para liderar el partido.

El congreso de Podemos era el que atraía más miradas, porque las cuestiones de fondo que se dirimían allí definirían el camino a seguir por parte de la tercera fuerza en el Parlamento y su potencial para cambiar el statu quo de la política española.

Después de una estrategia electoral que se ha considerado fallida, ya que Podemos no logró el lugar de segunda fuerza en el Parlamento en las tres elecciones que se celebraron desde diciembre de 2015, los dirigentes del partido propusieron dos caminos a seguir. La propuesta de Iglesias apuntaba a que Podemos volviera a las raíces y retomara su papel como partido antisistema, opositor a las elites políticas con las que convive en el Parlamento. Su número dos, Íñigo Errejón, fue la cara más visible de la propuesta alternativa: moderar el discurso para que Podemos se perfilara más como un partido de gobierno que como una fuerza revolucionaria para, una vez en el poder, reformar la política española.

Las dos posturas para el futuro de Podemos -que recibió halagos y también críticas a sus decisiones del último ciclo electoral- aparecían reflejadas en las distintas votaciones que llevaron adelante las bases del partido: el secretario general, el Consejo Ciudadano (la dirección del partido) y cuatro documentos para la estrategia política, organizativa, ética y de igualdad dentro de Podemos.

Estas votaciones siguieron a una campaña difícil, en la que cada sector acusó al otro de enfrascarse en una lucha por el poder y de conspirar en contra del otro, e incluso en contra de Podemos. Además, las bases llegaban a la elección condicionadas por una promesa de Iglesias: si no ganaba en todas las votaciones, dejaría el liderazgo del partido.

Iglesias se impuso en todas. Fue reelecto secretario general con 89% de los votos en una disputa en la que no se enfrentaba con el errejonismo, que se comprometió a respaldarlo como líder partidario. Contará con 60% del equipo de dirección, mientras que 33% quedará en manos de errejonistas y el resto en las de un tercer sector interno de Podemos, Anticapitalistas. Por lo tanto, el equipo quedará integrado por 37 pablistas, 23 errejonistas y dos anticapitalistas. Además, los documentos del equipo de Iglesias sobre la estrategia que debe marcar el futuro del partido fueron los que recibieron más respaldo y superaron el 50% del apoyo en todas las votaciones, al tiempo que las propuestas errejonistas lograron en todas las instancias más de un tercio de los votos.

El fortalecido líder de Podemos dijo que dirigirá el partido con “unidad y humildad” y que hay que trabajar para “ser los mejores en el Parlamento” sin parecerse “a la clase política”, “seguir siendo oposición al PP”, “ganar las elecciones al PP” y “gobernar para cambiar España”. Gracias a la votación de los documentos, Iglesias concentrará más poder del que tenía hasta ahora como secretario general, porque sumará algunas prerrogativas que hasta ahora eran del Consejo Ciudadano.

Pese a los reiterados llamados a la unidad que hubo en todos los discursos durante el congreso, el encuentro también contó con momentos que mostraron la distancia entre Iglesias y Errejón. Por ejemplo, cuando el primero abrazó al segundo, que no sonrió. La distancia también se vio entre los integrantes de las bases que estaban presentes en el congreso. Algunos de los pablistas fueron silbados cuando hablaban o cuando se los presentaba como integrantes del Consejo Ciudadano.

El equipo de Iglesias no informó qué posición ocupará Errejón de ahora en más en el partido. Según las cifras de las distintas votaciones, Errejón cuenta con el respaldo de al menos un tercio de las bases, y el suyo es el segundo sector más fuerte dentro del partido. Se da por sentado que no continuará como secretario político de la formación, pero se desconoce si mantendrá su cargo como portavoz de Podemos en el Parlamento.

Consultado sobre este tema, Errejón dijo que confía en que no haya una purga dentro del partido. “Estoy convencido de que va a prevalecer la sabiduría de que somos más fuertes cuando integramos”, agregó.

En otros frentes

“El tiempo desapacible que hay en Madrid [donde se llevó a cabo el congreso de Podemos] contrasta con la imagen de alegría que se vive en las filas populares”, dijo el presentador de la televisión pública española, TVE, en el informativo de ayer. El comentario generó fuertes críticas en redes sociales y reclamos de una cadena pública apartidaria y, sobre todo, no oficialista.

El informativo continuó con un móvil desde el 18º Congreso Nacional del PP, que reeligió a Rajoy como líder del partido con 96% de los votos. Este encuentro contó con muchos discursos y pocas novedades. Una de las expresiones más reiteradas es la que presenta al PP como un partido “serio y previsible” que, sin nombrar a nadie, apunta a una comparación con Podemos, que convocó a su congreso en la misma fecha que el popular para que fueran notorias las diferencias en el modo de hacer política.

“Enhorabuena a Rajoy e Iglesias por renovar sus liderazgos”, celebró el ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez. “No tendría que ser así, pero nosotros tendremos que esperar unos meses más”, agregó, en una crítica a que el partido siga bajo la dirección de la comisión gestora que lo intervino en octubre y a la postergación de la convocatoria a elecciones internas.

Por el liderazgo del PSOE se enfrentarán Sánchez, Patxi López y Susana Díaz, quien el fin de semana dejó claro que tiene ganas de liderar su partido. “Tengo fuerza, ganas e ilusión, estoy animada y me encanta ganar”, dijo en un acto en Madrid al que fueron invitados los alcaldes socialistas que no habían manifestado su apoyo a López o Sánchez. “Vamos a sumar fuerzas para ganar las elecciones locales y luego las generales en España, y lo vamos a hacer muy pronto”, agregó.

El acto de Díaz sumó más polémicas a la interna del PSOE. Por un lado, la dirigente fue muy criticada por no invitar a los alcaldes que ya manifestaron su preferencia por Sánchez o López a un evento cuyo lema fue “Alcaldías socialistas. Comprometidas con la gente”. Por otro, se criticó que Díaz gastara más de 11.000 dólares del PSOE en un acto cuando ni siquiera se ha presentado formalmente como candidata para las internas.