El gobierno de Michel Temer no permitirá que la situación en Río de Janeiro avance como lo hizo en Espírito Santo, donde la huelga de policías llevó a que se paralizaran distintos sectores de actividad -el transporte, la educación y los hospitales, entre otros-. Ayer anunció que emitirá un decreto para que las Fuerzas Armadas acudan a Río de Janeiro para ocuparse de la seguridad pública de ese estado, donde los policías comenzaron a protestar el viernes.

Los policías cariocas reclaman por el atraso en el pago de salarios y de horas extras y exigen una nueva política de seguridad en un estado en el que, en lo que va del año, fueron asesinados más de 50 de estos funcionarios mientras trabajaban. Según las normas, los policías no pueden manifestarse, por eso son sus esposas, madres o hermanas las que se movilizan -tal como sucedió en Espírito Santo- con medidas como la de bloquear la entrada y la salida de los cuarteles de la Policía Militar. Estos establecimientos son fundamentales para el normal funcionamiento de la Policía carioca: allí se hacen los cambios de guardia, se controla el funcionamiento de los patrulleros y se guardan uniformes y armas de gran calibre. Además, quienes estaban dentro de los cuarteles cuando comenzó el bloqueo no pueden salir, incluso los policías de la unidad GEPE, que se encarga de la seguridad en los estadios. Según los medios de comunicación, de los 50 cuarteles que funcionan en Río de Janeiro diez están completamente bloqueados y 20 funcionan parcialmente.

Entre las primeras consecuencias de las movilizaciones está lo sucedido el domingo, cuando se jugó el clásico entre Botafogo y Flamengo: en la previa hubo muy poca presencia policial y las hinchadas se enfrentaron, hubo corridas y cruces de disparos que causaron la muerte de un hincha. Otra instancia considerada importante por las mujeres movilizadas es la de hoy, para cuando está convocada una protesta ante la Asamblea Legislativa del estado. “Vamos a ver qué pasa si la fuerza de choque no aparece y la población golpea a los diputados”, dijo una de las esposas de policías en la jornada de ayer.

Pese a que la Policía Militar aseguró que no hay ningún impacto de las movilizaciones en la seguridad de Río de Janeiro, Temer anunció su decreto para darles participación a las Fuerzas Armadas en tareas policiales, aunque todavía no está definido cómo ni por cuánto tiempo.