Su designación es una de las más polémicas en los últimos años. Son varios puntos los que se han cuestionado, pero casi todos tienen en común el rechazo a la injerencia que puede tener alguien que pasa directamente del Poder Ejecutivo al Legislativo. En particular, los temores surgen del conflicto que representa para el gobierno la investigación sobre el esquema de corrupción en Petrobras, que involucra a varios integrantes del Ejecutivo e incluso al propio Temer, que según la prensa fue mencionado por varias personas investigadas o condenadas por este esquema.

Estos temores aumentaron en la medida en que el gobierno y el Congreso han mostrado, de distintas maneras, su voluntad de interferir en la investigación. El propio De Moraes fue acusado de hacerlo cuando, recién asumido el gobierno de Temer, reveló en una comparecencia pública algunos de los pasos que se darían en la investigación. A esto se suma el caso de un proyecto de ley que prohíbe que los presidentes de las cámaras del Congreso sean investigados por presuntos delitos cometidos antes de llegar al cargo. Esta propuesta blindaría a Rodrigo Maia, presidente de Diputados, y Eunício Oliveira, del Senado, ambos mencionados en las investigaciones de Petrobras. No se trató de una propuesta aislada presentada por un senador cualquiera: fue iniciativa de Romero Jucá, otro político mencionado en la investigación de Petrobras, mano derecha de Temer y su suplente como presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño.

Con el argumento de defender el papel del Congreso -que considera agredido por el STF- y de favorecer la estabilidad política, la bancada oficialista ha presentado varios proyectos que limitan la acción de la Justicia y ha bloqueado el avance de leyes contra la corrupción que colaborarían con el desarrollo de la investigación de Petrobras. Además, los partidos conservadores que hoy están en el gobierno han criticado que los fallos del STF tengan, en algunos casos, peso de ley. Este tipo de críticas surgieron, por ejemplo, cuando el STF habilitó el aborto en determinadas circunstancias.

De Moraes no ha tomado distancia con respecto a estas iniciativas, todo lo contrario: el sábado, en una extensa comparecencia ante la Comisión de Constitución y Justicia, criticó el “excesivo activismo judicial” y dijo que es necesario que el STF se cuide de no sustituir al Poder Legislativo.

Otras polémicas rodean la designación de De Moraes, como la sospecha de que plagió uno de sus trabajos universitarios, el hecho de que su esposa trabaja en un estudio de abogados que suele encargarse de casos ante el STF y la presentación de 300.000 firmas de abogados y jueces de primera instancia en contra de su designación.

Esto no frenó la llegada de De Moraes al STF, donde deberá encargarse de los casos que llevaba adelante el fallecido Teori Zavascki, que son de lo más diversos y van desde la descriminalización de la tenencia de drogas -ante la cual se mostró reacio- hasta el último recurso presentado por la ex mandataria Dilma Rousseff por el juicio político que decidió su destitución y confirmó a Temer en el cargo de presidente.