Rusia y China vetaron ayer una resolución que fue presentada en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para sancionar al gobierno de Siria por el uso de armas químicas en el conflicto que atraviesa este país. La iniciativa tuvo el respaldo de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, pero fue rechazada por los otros dos miembros con derecho a veto del Consejo de Seguridad.

La propuesta de resolución era negociada desde diciembre por Francia y Reino Unido, y las sanciones apuntaban a 11 representantes del gobierno de Bashar al Assad y diez instituciones sirias, todos ellos señalados por un equipo de investigadores de la ONU. El embajador de Francia ante la ONU, François Delattre, acusó al gobierno sirio de “usar repetidamente” armas químicas contra civiles, en particular en zonas controladas por la oposición armada, y aseguró que estos ataques “continúan todavía hoy”.

Este intento de aprobar sanciones tuvo lugar mientras en Ginebra se desarrolla la cuarta ronda de negociaciones para alcanzar la paz en Siria. Las conversaciones comenzaron el jueves, en Ginebra, y se mantenían ayer con la permanencia de los representantes de diversas partes involucradas en el conflicto: no como en ocasiones anteriores, en las que la oposición se retiró. Sin embargo, no ha habido avances en las sucesivas jornadas, que se vieron afectadas no sólo por la posibilidad de sanciones sino también por varios ataques que tuvieron lugar durante el fin de semana, la mayoría de ellos contra áreas controladas por el gobierno.

Según las organizaciones opositoras, los ataques fueron cometidos por grupos considerados terroristas que fueron excluidos de las conversaciones, entre ellos el Frente al Nusra. Aun así, el representante del gobierno en Ginebra, el embajador sirio ante la ONU, Bashar al Yafari, exigió a los opositores que los condenen. Este tipo de ataques aislados es usual, pese a que desde el 30 de diciembre rige un alto el fuego entre el gobierno y la oposición.

Ese momento de tensión se superó gracias a las gestiones del mediador designado por la ONU, Staffan de Mistura, pero las negociaciones están trancadas en el mismo punto que las anteriores conversaciones de Ginebra: la permanencia de Al Assad en el gobierno. Al Yafari propuso a la oposición crear un gobierno de unidad nacional para sacar al país del conflicto, pero los opositores se negaron a incorporarse si lo lidera Al Assad, algo en lo que el oficialismo no está dispuesto a ceder.

Aun así, se considera que hay algunos avances. Uno de ellos es la permanencia de todas las partes en Ginebra y el hecho de que se hayan reunido cara a cara en al menos una oportunidad. Otro es que se generó un mejor intercambio entre la oposición y Rusia, según reconocieron los grupos contrarios al gobierno sirio. “Vemos una apertura en su posición, especialmente frente a las facciones revolucionarias moderadas. El hecho de que Rusia haya reconocido a esas facciones como parte de la negociación es un indicio de su apertura”, dijo Naser al Hariri, el líder de la delegación siria opositora. Opinó que un acercamiento entre Rusia y la oposición podría llevar al gobierno de Vladimir Putin a exigir a su par sirio otras condiciones que favorezcan el diálogo.