La llamada “marcha federal educativa” empezó el martes -ese día partieron hacia Buenos Aires docentes de distintas provincias, que fueron manifestándose a lo largo del camino- y terminó ayer con un acto central en la plaza ubicada frente a la Casa Rosada. Ese acto fue, además, el cierre de las cuatro jornadas de paro nacional docente convocadas entre el miércoles 15 y ayer.
Los docentes argentinos exigen la apertura de la paritaria nacional para poder negociar junto al gobierno un aumento de salarios para equilibrar la pérdida de poder adquisitivo que sufrieron el año pasado debido a la inflación. Sin embargo, unas horas antes de que empezara la marcha desde el Congreso, el ministro de Educación argentino, Esteban Bullrich, ratificó que el gobierno no convocará a esa instancia. Consultado en una entrevista radial sobre si habrá negociaciones con los gremios de la educación, el ministro respondió: “Paritaria nacional salarial, no; habrá paritaria nacional de otros temas, como la carrera docente y el calendario escolar”. Y agregó: “Nos vamos a reunir sin paros y con las paritarias provinciales cerradas para no confundir, porque los salarios los pagan las provincias”.
El acto en la Plaza de Mayo estuvo encabezado por las seis confederaciones gremiales nacionales, que dieron sus discursos de espaldas a la sede de la Presidencia. Según el titular de la Unión de Docentes Argentinos, Sergio Romero, la convocatoria reunió a 400.000 personas, entre docentes, organizaciones sociales y políticas y estudiantes. El Ministerio del Interior, en cambio, informó que había apenas 30.000.
“Presidente Macri, ministro Bullrich, convoquen a la paritaria, si no el plan de lucha va a seguir”, dijo en su discurso Sonia Alesso, secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina. Agregó que el gobierno “viene sosteniendo que la educación pública no sirve” porque su objetivo es “la privatización y la mercantilización” de la educación. “Queremos agradecer a los estudiantes de la escuela pública, que reclaman por sus derechos, que militan en los centros de estudiantes, en las universidades, en los barrios, diciendo que no tenemos precio. Estos señores a nuestra espalda, el presidente, el ministro de Educación, nos han agraviado a todos. A los maestros, a los estudiantes, porque ninguno de los que están acá se ‘cayó’ en la escuela pública”, dijo Alesso. Se refería a la expresión que utilizó Macri el martes, durante la presentación de los resultados de una prueba de aprendizaje, cuando habló de la “terrible inequidad entre aquel que puede ir a una escuela privada contra aquel que tiene que caer en la escuela pública”.
A su turno, Romero se preguntó: “¿Cómo puede un presidente decir que los gremios somos los culpables de la situación de la educación en la Argentina? La educación es un compromiso de todos”.
Todos coincidieron en que “la llave para destrabar el conflicto”, en palabras de Alesso, la tiene el gobierno.