El candidato de la derecha a las elecciones de Francia, François Fillon, fue imputado ayer por los supuestos empleos falsos de su esposa y dos de sus hijos, una resolución que se veía venir hace semanas y que dejó en segundo plano su programa electoral, presentado el lunes. Esto implica que la Fiscalía pide que se abra una investigación judicial formal en su contra.

El ex primer ministro fue imputado por desvío y apropiación indebida de fondos públicos y por no haber declarado a la Alta Autoridad para la Transparencia de la Vida Pública un préstamo de más de 50.000 dólares concedido por el empresario Marc Ladreit de Lacharrière.

Durante la audiencia, Fillon se apegó a su derecho de no responder a las preguntas de los jueces y, en su lugar, leyó una declaración en la que pidió: “Espero ser tratado como todos los ciudadanos, sin precipitación y con imparcialidad”. En su alegato, difundido por el diario francés Le Figaro, el candidato defendió que el empleo de su esposa como asistente parlamentaria fue real y que “varios testigos lo confirman”.

Sin embargo, siguen surgiendo datos que empañan sus argumentos. El último, publicado ayer por Le Parisien, indica que Fillon recibió de sus dos hijos parte del dinero que cobraron como colaboradores parlamentarios suyos.

La imputación del candidato llega horas antes de que cierre, el viernes, el plazo para presentar las candidaturas. Al día siguiente, el Consejo Constitucional publicará la lista definitiva. Fillon había dicho que dimitiría si llegaba a esta situación judicial, pero semanas después dijo que sólo se sometería al veredicto de los franceses en las urnas.