Reclamos de Justicia ante la violencia de género, de respeto a los derechos de las mujeres e igualdad en el ámbito económico y laboral fueron algunos de los que se escucharon ayer alrededor del mundo en decenas de marchas. Las movilizaciones adoptaron distintas formas y tuvieron diferentes énfasis según el país.

En Brasil, el reclamo de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo fue uno de los principales en las más de 70 marchas que se convocaron en distintas ciudades del país y que tuvieron diferentes características. Por ejemplo, la Central Única de los Trabajadores (CUT) hizo una marcha de tarde en la que participaron miles de mujeres que se plegaron al paro. En paralelo, otros cientos asistieron a asambleas de trabajadores que fueron convocadas por los delegados sindicales en distintas empresas para que las trabajadoras pudieran paralizar sus actividades sin arriesgar sus puestos de trabajo. Algo similar sucedió en Argentina, donde se convocó a un “ruidazo” al mediodía para que participaran las mujeres que no pudieron parar.

Tanto en Brasil como en Estados Unidos las movilizaciones se parecieron mucho a las protestas contra los presidentes Michel Temer y Donald Trump. Hubo pancartas y consignas contra los gobiernos que, según denuncian las manifestantes, atentan contra los derechos de las mujeres. Algo similar sucedió en la marcha que se desarrolló en Polonia. Las organizaciones feministas de ese país estuvieron entre las principales impulsoras del Paro Internacional de Mujeres. “Estamos cansadas de que los políticos no respeten a las mujeres, que limiten nuestro acceso a los medios anticonceptivos, se tomen a broma la educación, nieguen el derecho de las pacientes al aborto legal y de que la Justicia vulnere sistemáticamente los derechos de las mujeres”, dijo a la agencia de noticias Efe una de las coordinadoras de la marcha, Anna Kowalska.

Tiempos violentos

En algunos países las actividades y movilizaciones se vieron interrumpidas por agresiones que aguaron los festejos. En la Universidad Bilgi de Estambul, en Turquía, un grupo de entre 15 y 20 personas atacó a una multitud que participaba en un acto conmemorativo. La dirección de la universidad informó en un comunicado que, como consecuencia, un estudiante sufrió heridas leves y algunos otros recibieron golpes, al igual que varios guardias de seguridad. Además, anunció que solicitará a la Fiscalía que investigue el ataque, por el que quedaron detenidos seis hombres, para averiguar si había alumnos de la universidad implicados. Según testigos citados por el diario Hürriyet, los atacantes gritaban: “Alá es grande”.

Por otro lado, en Kiev, la capital de Ucrania, cuatro hombres fueron arrestados por tirarles botellas a las participantes de una manifestación. La portavoz de la Policía ucraniana, Oxana Blischik, dijo a un canal de televisión de ese país que pudieron localizar a los responsables “de inmediato”. Según Blischik, los jóvenes -todos estudiantes veinteañeros- declararon que pretendían “expresar su descontento con las tesis que defendían las participantes en la marcha”. Ya el día anterior, las convocantes habían denunciado que habían recibido amenazas. El lema de la convocatoria tenía que ver con la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

En tanto, siete feministas fueron detenidas por la Policía rusa en los alrededores del Kremlin por llevar adelante una protesta reivindicativa, según informó la artista Ekaterina Nenasheva en su cuenta de Facebook. De acuerdo con la artista, entre las detenidas se encontraba una fotógrafa del diario independiente Nóvaya Gazeta. En un video que publicó Nenasheva puede verse cómo las mujeres, con antorchas encendidas, tratan de colgar en los jardines de la sede de gobierno una pancarta con la frase “200 años de poder masculino. ¡Abajo!”.

Fuera de la ciudad

También se movilizaron ayer las trabajadoras rurales de varios países, algunas de ellas siguiendo una convocatoria de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo. Este es el caso, por ejemplo, de marchas que tuvieron lugar en Argentina y República Dominicana en reclamo de reformas agrarias y de que se cedan más tierras a las mujeres agricultoras. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en promedio, en los países de América Latina y el Caribe sólo 18% de las explotaciones agrícolas son manejadas por mujeres.

La movilización en Paraguay, convocada por organizaciones de ese país, fue una de las que reunieron más personas. Se desarrolló en Asunción, frente al Ministerio de Agricultura y Ganadería y del Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra. “Hoy dejamos nuestras casas, nuestras familias y nuestras chacras, hoy paramos y vinimos a Asunción para alzar nuestras voces contra la discriminación y la violencia”, dijo la productora Concepción Meza al leer la proclama. El Estado paraguayo “desconoce a las mujeres como productoras de alimentos” y otorga títulos de propiedad sólo a los hombres: “No nos reconocen como productoras [...] creen que sólo los hombres tienen derecho a pedir un pedazo de tierra”, agregó.

Además, las campesinas paraguayas denunciaron que su salud se ve afectada por las fumigaciones con agrotóxicos: “Eso nos afecta más a las mujeres, cuando quedamos embarazadas y nuestros hijos nacen con problemas o cuando sufrimos cáncer de útero por estar expuestas a los químicos”, leyó Meza.

En Brasil también hubo una movilización multitudinaria de campesinas que integran el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra. En ese caso, 30.000 activistas ocuparon una estancia en Minas Gerais que pertenece a Eike Batista, un empresario millonario que está detenido por supuesto pago de sobornos. Las mujeres manifestaron que esas tierras no fueron utilizadas para producir en los últimos seis años y que deberían ser expropiadas y destinadas a la reforma agraria. La portavoz para esta acción del movimiento, Ester Hoffmann, dijo que cuando llegaron al lugar sólo había un casero, que no opuso resistencia, y que allí se instalará un campamento para 150 familias.

Hoffmann también explicó que se eligió la estancia de Batista porque las personas ricas son las “principales beneficiadas” por “todos” los gobiernos de Brasil, y aseguró que es injusto que sean los trabajadores, y no ellos, los que tengan que hacer sacrificios como los que impone la reforma de la seguridad social planeada por el presidente Michel Temer.

Uno de los focos de las movilizaciones por el Día Internacional de la Mujer en Brasil, tanto en las ciudades como en el campo, estuvo, justamente, en la oposición a esa reforma que, entre otras cosas, establece que la edad de jubilación será la misma para hombres y mujeres -65 años-, eliminando la diferencia de cinco años que existe actualmente -60 años para los hombres y 55 para las mujeresen reconocimiento a sus tareas no remuneradas.