La sesión extraordinaria que el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebró ayer para debatir “la situación” de Venezuela duró cuatro horas, pero terminó sin ninguna resolución ni declaración sobre el tema. Antes de que comenzara el encuentro, el embajador de Venezuela ante el organismo, Samuel Moncada, intentó que se cancelara y argumentó que no existe base legal para que la OEA lleve adelante un debate sobre la situación de Venezuela y que implicaría una intervención en los asuntos internos de su país. El intento de Moncada fue rechazado y, por 20 votos, se decidió dar la discusión.

Los embajadores de la mayoría de los 34 países que integran la OEA respaldaron el diálogo que se lleva adelante en Venezuela entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición. Algunos países respaldaron la posición venezolana, como Haití, Jamaica, El Salvador, República Dominicana y Nicaragua. Estos países también rechazaron el informe del secretario general de la OEA, Luis Almagro, crítico con el gobierno de Maduro, cuya presentación fue la excusa formal para el debate. Otros países exigieron al gobierno que tome medidas: Perú y Colombia pidieron la convocatoria a elecciones, Canadá reclamó que el gobierno adopte medidas que acerquen el país a “los valores democráticos”, y Estados Unidos sugirió la conformación de un “grupo de amigos” y un seguimiento mensual de la situación en Venezuela. La embajadora de Paraguay, Elisa Ruíz Díaz, dijo que en Venezuela hay una “ruptura de la institucionalidad democrática” y que es “impostergable” la aplicación de la Carta Democrática, lo que implicaría suspender a Venezuela en el organismo.

La sesión fue terminada abruptamente por el presidente del Consejo Permanente, Patrick Andrews, después de un cruce de palabras entre Moncada y el embajador mexicano, Luis de Alba. El representante de Venezuela hizo una larga intervención en la que criticó a cada uno de los países que habían cuestionado la situación de su país y De Alba lo interrumpió varias veces para pedirle a Andrews que le llamara la atención por el tono que utilizaba y por excederse en el tiempo. Andrews dijo que las posiciones de todos los países constarían en el acta de la sesión y la dio por concluida.

A la salida del encuentro, De Alba dijo a periodistas que 20 países, entre ellos Uruguay, van a consensuar una declaración conjunta en la que se pedirá a la OEA que concrete una hoja de ruta para “apoyar el funcionamiento de la democracia y el respeto al Estado de derecho” en Venezuela.