La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, confirmó ayer que 26 personas murieron desde que a fines de marzo se desató una ola de protestas contra el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro. Del total de fallecidos, 15 perecieron en el marco de las protestas opositoras y en su mayoría por disparos de las fuerzas de seguridad. El resto murió en medio de actos de vandalismo o por incidentes aislados. Además, resultaron heridas 437 personas y 1.289 fueron detenidas. De los detenidos, 65 permanecen en esa situación y otros 217 tenían que presentarse ayer ante la Justicia, informó Ortega. Los hechos de violencia se registraron en “la mayoría de los estados” del país, excepto en seis, agregó.

Entre los casos que ocurrieron lejos de las movilizaciones está el de ocho personas que murieron electrocutadas durante un saqueo a una panadería en un barrio de Caracas. Otro es el de una joven de Táchira que murió de un balazo que dispararon desde una casa a un “grupo civil armado” que acababa de robar allí. El grupo huyó en dirección al lugar en el que se encontraba la chica, explicó Ortega. Los líderes de la oposición aseguraron que seguirán en las calles hasta que se cumplan sus exigencias de elecciones anticipadas, liberación de los presos políticos, autonomía de los poderes públicos y la apertura de un canal humanitario para acceder a comida y medicamentos. De hecho, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática convocó a otra movilización para hoy que se dirigirá a las sedes de la Defensoría del Pueblo de todo el país.