Un combo de actos en la capital y en el interior de Francia, entrevistas televisadas y mucha militancia virtual marca las campañas de Macron y Le Pen hasta el 7 de mayo, día en que los franceses decidirán a cuál de ellos prefieren en la presidencia. Por el momento, los sondeos le dan ventaja a Macron, que en la primera vuelta del domingo obtuvo 24% de los votos, frente al 21,3% de Le Pen, según el escrutinio definitivo anunciado ayer por el Ministerio del Interior francés. Los datos muestran que los dos aspirantes quedaron separados por menos de un millón de votos: el líder de ¡En Marcha! recibió 8,6 millones y la ultraderechista 7,7, y estableció así un récord para un candidato de extrema derecha en la historia de Francia.

El derechista François Fillon quedó 450.000 votos más abajo, con 20% de las preferencias, y anunció que no se presentará a las elecciones legislativas de junio porque ya “no tiene legitimidad”. Durante la reunión del Comité Político de su partido, Los Republicanos, Fillon anunció: “Me convertiré en un militante de corazón, uno más”.

En cuarto lugar quedó el izquierdista Jean-Luc Mélenchon que, con más de siete millones de votos (19,6%), también obtuvo su mejor resultado histórico y se convirtió en el principal candidato de izquierda en Francia. Mucho más lejos se posicionó Benoît Hamon, el candidato del gobernante Partido Socialista (PS), que recabó 6,4% de los votos, el respaldo más bajo en la historia para un candidato socialista.

Los resultados de las elecciones llevaron a decenas de personas a las calles a manifestar su rechazo. Se concentraron en especial en las plazas de la República y de la Bastilla. En esas protestas seis personas resultaron heridas -entre ellas tres policías- y 29 fueron detenidas, informó ayer la agencia de noticias Efe. La convocatoria había sido impulsada por movimientos antifascistas y anticapitalistas que rechazan tanto a Le Pen como a Macron.

La líder del FN comienza la segunda etapa en posición de desventaja. Durante semanas los sondeos pronosticaban que sería la más votada en la primera vuelta, pero se quedó a un millón de votos de lograrlo y ahora se enfrenta a un frente republicano que quiere ganarle como sea. Los antecedentes tampoco la favorecen en lo que tiene que ver con las segundas vueltas: su padre, Jean-Marie Le Pen, perdió en el balotaje de las presidenciales de 2002, y a su partido le fue bien en la primera vuelta de las regionales de 2015 pero perdió en la segunda.

Pero ella confía en que tiene posibilidades de ganar y ayer renunció a la presidencia del FN para poder meterse de lleno en la campaña. “No hay decepción, créanme”, dijo ayer en un acto de campaña en el norte del país, antes de asegurar que el FN está “lleno de esperanza y dinamismo”. También aprovechó para criticar a ese “viejo frente republicano podrido, al que ya nadie quiere” y que “intenta aliarse” en torno a Macron.

Fillon y Hamon ya anunciaron que respaldan a Macron, y Mélenchon evitó pronunciarse al respecto, aunque su director de campaña, Manuel Bompard, dijo el domingo de noche que era “obvio” que no iban a pedir apoyo para Le Pen. Ayer se sumó a este llamado el propio presidente francés, François Hollande, que en un discurso televisado dijo que votaría a Macron, “frente a los riesgos que supondría la victoria de Le Pen”. El mandatario consideró que “la extrema derecha dividiría a Francia y estigmatizaría a parte de los ciudadanos a causa de sus orígenes o su religión” y aseguró que su triunfo supondría “un peligro” para el país “por su historia, sus métodos y los vínculos que tiene con grupos extremistas de toda Europa”. El candidato de centro agradeció en Twitter el respaldo de quien fue su mentor y coincidió con él en que “el 7 de mayo hay que mantenerse fiel a los valores de Francia”.

El otro apoyo en bloque a Macron provino de la Unión Europea (UE), que rompió así con su tradicional neutralidad y se inclinó por apoyar a candidatos en procesos electorales que todavía no terminaron. “Hay un candidato que es el de todos los demócratas y proeuropeos, que es Emmanuel Macron. No debe faltarle ningún voto y tendrá el mío el 7 de mayo”, dijo el comisario de Asuntos Económicos de la UE, Pierre Moscovici. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, también lo felicitaron en las redes sociales y resaltaron su faceta europeísta. La victoria de Macron supondría un respiro para el bloque europeo, después del golpe que significó el referéndum sobre el brexit hace diez meses.