El movimiento sindical argentino, dividido en distintas centrales y corrientes, buscó promover la unidad de acción ante el gobierno de Mauricio Macri en la jornada del Día de los Trabajadores. Los distintos discursos tuvieron como punto en común el rechazo a la política económica del gobierno y la amenaza de mayores movilizaciones y reclamos sindicales si esa política se mantiene. Otro punto en común fueron las críticas a Gerónimo Momo Venegas, el líder de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, que invitó a Macri al acto del Día del Trabajador convocado por la agrupación de sindicatos conocida como las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas.

En este 1º de mayo la principal central sindical, la Confederación General del Trabajo (CGT), convocó un acto en Obras Sanitarias donde habló sólo uno de los integrantes del triunvirato que dirige la central, Juan Carlos Schmid, quien recordó que en agosto, en ese mismo escenario, la central se reunificó, en un intento de “dar una respuesta a un gobierno [...] que ha puesto en marcha un trazado económico que ninguno de nosotros comparte”. Agregó que “ese ejemplo debería ser visto con mucha atención por parte de la política y por otros actores de la vida nacional”.

Schmid repasó distintas políticas adoptadas por el gobierno que los sindicatos critican, como la quita de las retenciones al agro, los topes a los acuerdos de las negociaciones paritarias (semejantes a los Consejos de Salarios uruguayos) y el impulso a una serie de importaciones “que estrangulan la producción nacional”. Reclamó al Ejecutivo que gobierne “para todos”, para “zanjar las diferencias entre los millones de compatriotas que no tienen ninguna oportunidad y los que se llenan los bolsillos a costillas del sacrificio nacional”.

También se realizó ayer el acto de las dos corrientes de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), en la “escuela itinerante” instalada por los docentes frente al Congreso nacional. Allí, Hugo Yasky anunció que el año que viene las dos CTA volverán a unificarse y celebró la unidad del movimiento sindical. “A pesar de la dispersión de estos actos [en todos los sectores], hay un compromiso de unidad en la acción”, dijo. “A nosotros nos interesa derrotar la injusticia social, el hambre y la miseria que nos quieren imponer quienes gobiernan para los ricos”, agregó Yasky, antes de criticar a un gobierno que les metió “la mano en el bolsillo a los jubilados” y creó “un millón y medio de pobres más en un año”, además de “aumentar despidos e imponer la flexibilización laboral” en Argentina.

La movilización más numerosa fue la de varios movimientos sociales y políticos de izquierda que asistieron al Monumento al Trabajo. Unas 50.000 personas se reunieron en ese lugar y protestaron contra el gobierno de Macri. Entre los que asistieron a ese acto estaban el ex canciller Jorge Taiana, el líder de la Asociación de Trabajadores del Estado, Hugo Godoy, y el senador Juan Manuel Abal Medina.

Con un enfoque totalmente diferente, 62 Organizaciones Peronistas invitó a Macri a su acto. Venegas justificó la decisión argumentando que el acto sería “constructivo y esperanzador” para “sacar al país adelante”. El presidente fue el principal orador del acto, que se realizó en el estadio de Ferro, y se subió al escenario rodeado por casi todos sus ministros y Venegas, a quien agradeció por la invitación y “por empujar siempre”. Macri resaltó sus políticas dirigidas a las pequeñas y medianas empresas, sus planes de capacitación para trabajadores y su apuesta a promover la inversión extranjera en Argentina. Además, el presidente aseguró que los argentinos quieren “ser felices sin hacerle daño a nadie”, y repitió la cita de Juan Domingo Perón que le gusta recordar: “La productividad es la estrella polar de un país”.

En un acto propio de campaña electoral, Macri aseguró que “el cambio recorre la Argentina” y que el gobierno va “por buen camino”. Además, anunció un plan de subsidio laboral, un sistema por el cual las personas que reciben planes sociales van a seguir recibiéndolos cuando consigan empleo, pero como parte del sueldo: el empleador deberá pagar sólo la diferencia entre lo que paga el plan social y el salario de ese trabajador.