Más de un centenar de homosexuales fueron arrestados por las autoridades de Chechenia en los últimos cinco meses, según denuncian periodistas, activistas y organizaciones civiles. Muchos de ellos fueron torturados y otros, directamente, asesinados. La situación salió a la luz a principios de abril, cuando el diario ruso Novaya Gazeta denunció la situación de la comunidad LGBT y acusó a las autoridades chechenas hasta de haber creado campos de detención para personas “no heterosexuales”. Todo esto sucede en el seno de una sociedad mayoritariamente musulmana, conservadora y que todavía avala los llamados “crímenes de honor”.

“Los hombres homosexuales están desapareciendo en Chechenia”, decía de manera contundente la periodista rusa Elena Milashina en el artículo publicado por Novaya Gazeta el 1º de abril. De acuerdo con el diario, cerca de 100 hombres fueron detenidos desde principios de año “por su orientación sexual no tradicional o sospechas de eso”, y llevados a cárceles secretas en las que son torturados para que informen sobre otras personas homosexuales. Pero nadie sabe dónde están encerrados y, en la mayoría de los casos, no se sabe si es que están escondidos, presos o muertos. Por eso los dan como “desaparecidos”. Lo que sí se sabe con certeza es que los responsables son los funcionarios de seguridad de esta república de la Federación Rusa, gobernada por Ramzan Kadirov, presidente desde hace una década. En Chechenia, la homosexualidad no está penalizada, pero es un tema tabú del que se prefiere no hablar.

El lunes, el mismo medio ruso informó sobre cuatro nuevas muertes en manos de la Policía chechena. Según los datos publicados, uno de los fallecidos es un militar, miembro de la Guardia Nacional rusa. El diario evitó difundir los nombres para proteger a los familiares. “Conocemos datos sobre cuatro prisiones secretas. Dos se encuentran en Grozni, la capital chechena, y hay una en Argún, donde tenían detenidas a personas [de la comunidad] LGBT, donde las golpeaban, torturaban y asesinaban”, dijo Milashina esta semana a la cadena BBC.

El artículo publicado en abril destapó una situación que no es nueva, pero sobre la cual se conoce poco debido al silencio de las víctimas, que en la mayoría de los casos no hablan por miedo o vergüenza. Los que se animaron a contar lo sucedido a Novaya Gazeta lo hicieron porque lograron huir de Chechenia, explicó Milashina. Todos hablan de encierros en condiciones infrahumanas, apaleamientos, torturas con descargas eléctricas, violaciones con botellas, desapariciones y muertes.

La información que lograron recabar la periodista rusa y su equipo abrió el terreno para que se pueda iniciar una investigación judicial. Sin embargo, las autoridades sólo pueden empezarla si al menos una de las víctimas denuncia ante la Justicia.

Es por eso que la organización civil Red LGBT de Rusia trabaja para persuadir a estas personas de que presenten la denuncia judicial, y les garantizan que si lo hacen recibirán protección. La organización, que abrió una línea telefónica para ayudar a las víctimas, advirtió que en Chechenia los homosexuales también corren riesgo de vida una vez que sus familias conocen su orientación sexual. Svetlana Zajárova, integrante de la Red LGBT, dijo en abril a la BBC que muchos de los detenidos son devueltos a sus familiares en espera de que ellos mismos los maten. “Las matanzas de honor en Chechenia son reales”, afirmó la activista.

Irina Gordienko, periodista de Novaya Gazeta, lo explicó el lunes en una entrevista con eldiario.es: “En Chechenia, una familia pertenece a un clan, que consiste en diez familias. Si una persona del clan dice que es homosexual, será condenada públicamente junto a estas diez familias. Sus integrantes serán deshonrados, despedidos de sus empleos, y no podrán conseguir otros. Las mujeres no podrán casarse. Es una sociedad muy conservadora, y una persona que es excluida de la sociedad tras esta deshonra puede ser escupida, insultada, incluso es posible que le incendien su casa. Su única salida es irse”.

Con esta última premisa en mente, la Red LGBT de Rusia inició un plan de evacuación. El jueves, los activistas informaron de la evacuación de 43 homosexuales de Chechenia y pidieron asilo a los países europeos. En total, recibieron más de 80 pedidos de ayuda, según informó a la agencia de noticias Interfax un portavoz de la organización. “Tratamos con al menos cinco países para conseguir las visas. Estamos negociando la apertura de corredores humanitarios para miembros de la comunidad LGBT”, explicó el vocero.

De tal palo

La respuesta de las autoridades chechenas fue la negación desde el principio. Horas después de la publicación de Novaya Gazeta, el portavoz del gobierno, Alvi Karimov, dijo a Interfax que el artículo era “una mentira absoluta”. Agregó: “No se puede detener y acosar a alguien que no existe en la república. Si hubiera tal gente, la Policía no tendría ningún problema con ella porque sus familiares la enviarían a un lugar sin retorno”. Una muestra de lo vigentes que son los “crímenes de honor” en Chechenia. En tanto, el secretario de prensa del Ministerio del Interior checheno, Magomed Deniev, dijo a los medios rusos que el reportaje era “probablemente una broma del Día de los Inocentes”.

Desde Rusia, la reacción no fue tan diferente. Dimitri Peskov, portavoz del presidente Vladimir Putin, le dijo a la cadena de noticias CNN, un día después de publicado el artículo, que la situación “no está en la agenda del Kremlin” y que no saben “cuánto de eso es cierto”. Agregó: “No soy un experto en el campo de la orientación sexual no tradicional”. No obstante, finalmente prometió que el Ministerio del Interior ruso investigaría lo denunciado en el artículo. A estas declaraciones se sumó una del propio Putin, quien apareció en el principal canal ruso refiriéndose a la situación de los homosexuales en Chechenia, algo que sorprendió porque los dos temas -homosexualidad y Chechenia- son prácticamente tabúes en la sociedad rusa. El mandatario dijo que el defensor del Pueblo investigaría la denuncia.

Como era de esperar, todavía no ha habido avances en esta materia, en un país donde la hostilidad hacia la comunidad LGBT es moneda corriente. De hecho, desde 2013, en Rusia está prohibido por la ley hacer “propaganda gay” o llevar a cabo cualquier acción que pueda ser considerada como “apología de la homosexualidad”, algo que se puede castigar hasta con prisión.

El presidente checheno tiene su propio historial de declaraciones homofóbicas y discriminatorias. En 2009, por ejemplo, aseguró en una entrevista que “la prostitución, las drogas y los homosexuales son el veneno de nuestro tiempo”. Y remató preguntando: “¿Cómo pueden permitirse en Rusia clubes gay?”. En otra ocasión, al referirse a lo que consideró “vicios”, afirmó: “Hay un sistema entero destinado a debilitar el país, la voluntad, el honor y el espíritu”.

Ecos

Desde que Novaya Gazeta alertó sobre la persecución que sufren los homosexuales en Chechenia, varias organizaciones internacionales pusieron el foco en ese lugar. La responsable de Human Rights Watch en Rusia, Tanya Loshkina, calificó la situación de “devastadora”. “A finales de febrero, las autoridades chechenas lanzaron lo que puede ser calificado de purga antigay. Decenas y decenas de homosexuales fueron detenidos por oficiales locales de seguridad que los llevaron a centros de detención clandestinos. Ahí fueron obligados a proveer información sobre otros hombres homosexuales”, denunció. Loshkina dijo que algunos lograron escaparse a Rusia y otros están en Europa, pero alertó que los que permanecen en Chechenia “no están a salvo en absoluto” y que “las autoridades locales alientan a las familias de los homosexuales a cometer crímenes de honor”.

Por su parte, Amnistía Internacional lanzó una petición para que las autoridades de Rusia y Chechenia investiguen los “secuestros, torturas y asesinatos” de homosexuales y garanticen su seguridad.

El jueves, también el Parlamento Europeo denunció la detención y tortura de homosexuales en esta república y pidió a Rusia que lleve a cabo una investigación que debería ser respaldada por la Unión Europea.

Ante la ausencia de resultados concretos, tres organizaciones francesas que luchan contra la homofobia -Mousse, Stop Homophobie y Comité Idaho- presentaron el miércoles ante la Corte Penal Internacional una demanda judicial contra Kadirov por “genocidio contra los homosexuales”, según informó el diario Le Monde. El abogado que representa a las organizaciones, Étienne Deshoulières, dijo que la denuncia ante el organismo internacional se justifica porque es “extremadamente improbable” que “las mismas autoridades que organizan campos de tortura y a veces la muerte” se comprometan con la investigación.

No sólo en Chechenia

Sólo en esta última semana, se registraron varios atentados contra homosexuales en países asiáticos. El lunes, la Policía de Indonesia arrestó a 141 hombres en una redada en un club gay de Yakarta por sospechas de que habían violado “la ley contra la pornografía” que, entre otras cosas, prohíbe el nudismo en público, la explotación sexual y otras actividades sexuales. Los últimos hombres condenados bajo esta ley, a principios de mes, enfrentan penas de hasta 15 años de cárcel. El jueves pasó algo similar en Bangladesh, donde 29 homosexuales fueron detenidos por participar en una fiesta organizada por el colectivo LGBT y por la suposición de que consumieron drogas ilegales. En este país, la homosexualidad sí está penalizada y puede ser castigada incluso con cadena perpetua. La comunidad homosexual también sufre la persecución y ha sido blanco de atentados por parte de grupos islámicos como algunas filiales locales de Al Qaeda y el propio Estado Islámico. Según datos de la agencia de noticias Efe, más de 70 personas fueron asesinadas en Bangladesh desde 2013 por su orientación sexual.