Con todos los pronósticos en contra y el rechazo de la mayoría de los dirigentes de su formación, Pedro Sánchez se convirtió ayer en el nuevo secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Su amplia victoria -recibió el voto de 50,2% de la militancia- es una muestra del apoyo que Sánchez siempre tuvo entre los militantes, y que utilizó como principal argumento cuando decidió postularse a estas elecciones primarias.

Su principal rival, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, obtuvo 39,4% de los sufragios, mientras que el tercero en carrera, Patxi López, alcanzó 9,9%. Sánchez se impuso en casi todos los territorios de España, excepto en Andalucía, donde ganó la andaluza, y en Euskadi, que votó mayoritariamente a favor del ex lehendakari. Sánchez fue también el favorito en Uruguay, donde obtuvo 68,8% de los votos.

“Gracias de corazón por la ilusión que están viviendo los socialistas”, dijo el nuevo secretario general ayer desde la sede del partido en Madrid. “Aquí está el PSOE. Aquí está la izquierda”, agregó. Sánchez hizo además un llamado a “construir un nuevo PSOE”, el “de los militantes”, y aseguró que su partido luchará “contra la corrupción” del gobernante Partido Popular (PP). También agradeció a Díaz y a López “porque desde distintas posiciones políticas” han trabajado “por hacer del PSOE un partido más fuerte”. Y remató: “Mañana empieza todo. Toca cambiar a España desde la unidad de todos los compañeros”.

Díaz reconoció su derrota apenas surgieron los primeros resultados, en una declaración ante los medios en la que no mencionó ni una vez el nombre de Sánchez, aunque sí aseguró que había “trasladado su felicitación al secretario general electo”. La presidenta andaluza prometió “arrimar el hombro” y “ponerse a disposición del partido”, que vive una profunda crisis interna desde el año pasado. Por su parte, López felicitó al “secretario general de toda la militancia”, y aseguró que, “ya acabado el proceso interno”, ahora el PSOE debe concentrarse en “la sociedad española”.

Sánchez vuelve a encabezar el PSOE casi ocho meses después de haberse visto obligado a renunciar al perder una votación sobre la estrategia que debían seguir los socialistas ante la posibilidad de que se formara un gobierno del PP en España. Él quería unas terceras elecciones, pero se impuso la opción de facilitar otro mandato de Mariano Rajoy mediante una abstención para así desbloquear la crisis política. Ese mismo día, Sánchez anunció su intención de reconquistar el liderazgo del partido y oficializó su candidatura unos meses después. Desde entonces, movilizó de forma masiva a la militancia socialista, confiado en que se impondría frente a quienes apoyaron la abstención -y que, en estas elecciones, estaban representados por Díaz-.

El triunfo de Sánchez motivó la renuncia inmediata del portavoz del PSOE en el Parlamento, Antonio Hernando. La semana pasada, Sánchez dijo en una entrevista que, si era reelegido secretario general, Hernando “seguro” que no continuaría en su cargo. El vocero fue uno de los hombres de máxima confianza de Sánchez en su anterior mandato, pero su relación colapsó cuando defendió la abstención en la sesión de investidura de Rajoy.

Los líderes de los demás partidos españoles felicitaron a Sánchez en Twitter. El de Podemos, Pablo Iglesias, escribió: “Los militantes del PSOE han decidido y han mandado un mensaje muy claro. Felicidades y buena suerte, Pedro Sánchez”. En tanto, Alberto Garzón, de Izquierda Unida, publicó: “Felicidades a Pedro Sánchez y a toda la militancia del PSOE. Es un momento estupendo para echar al PP del gobierno”. Albert Rivera, de Ciudadanos, también felicitó a Sánchez y a sus militantes. En el mismo momento, Rajoy felicitaba a Real Madrid por ganar la liga española de fútbol.