“Tenemos un déficit comercial enorme con Alemania, además de que ellos pagan mucho menos de lo que deberían en gastos de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] y militares. Muy malo para Estados Unidos. Esto cambiará”, dijo Trump ayer en Twitter. Su mensaje pareció ser la respuesta a las declaraciones que había hecho un día antes la canciller alemana, Angela Merkel, quien reiteró sus dudas sobre seguir teniendo como aliado a Estados Unidos con Trump en la presidencia. “Los tiempos en los que se podía confiar completamente en los otros han quedado atrás”, había dicho la canciller. Consideró que Alemania y Estados Unidos seguirán siendo “estrechos aliados”, pero los europeos “deben tomar su destino en sus manos”.

Los comentarios de la canciller llegaron horas después de que tuvieran lugar las cumbres de la OTAN en Bruselas y del G7 en Taormina, en las que la mayoría de los líderes europeos vieron frustrados sus esfuerzos de convencer a Trump de la importancia de comprometerse en temas como los refugiados, el comercio y el cambio climático. Merkel hizo especial hincapié en este último punto, al afirmar que el acuerdo de París, alcanzado en 2015 y que Trump amenaza con abandonar, “fue un paso histórico, pero para que sea un éxito histórico queda todavía un largo camino por delante”. Agregó que “lo largo y áspero” que será ese camino “quedó claro en las negociaciones” mantenidas el fin de semana con el G7, debido a que no se alcanzó ningún acuerdo con Estados Unidos. De todos modos, Merkel calificó de “bueno” que Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Japón y Canadá, seis de los siete países del grupo, se expresaran a favor de apoyar y aplicar el Acuerdo de París.

Las declaraciones de Trump provocaron las reacciones de la clase política alemana. Martin Schulz, el candidato socialdemócrata que se enfrentará con Merkel en las elecciones de setiembre, dijo a la prensa que Trump es “el destructor de los valores occidentales” y que está socavando la cooperación pacífica entre los países, que se basa en el respeto mutuo y la tolerancia. “Hay que interponerse en el camino de un hombre con esta ideología de rearme”, agregó. Schulz también criticó a Trump por defender el “aislacionismo y el presunto derecho del más fuerte”, y lo acusó de anteponer el “chantaje político” a la diplomacia internacional. Por su parte, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel, insistió en la necesidad de “recuperar” a Estados Unidos como país comprometido con la “idea de Occidente” y con un orden internacional que es más que la suma de los intereses nacionales.

Por otro lado, el Ejército de Estados Unidos realizó ayer una prueba militar sin precedentes para comprobar su capacidad de interceptar un misil balístico en el océano Pacífico. De acuerdo con un comunicado del Departamento de Defensa, la operación consistió en lanzar un misil desde la base de pruebas Ronald Reagan, en las Islas Marshall, que fue interceptado “con éxito” sobre el Pacífico por otro que despegó desde la base aérea Vandenberg, situada en la costa del sur de California. El objetivo del simulacro –que se realizó horas después de que Corea del Norte lanzó un misil balístico de largo alcance que cayó en el mar de Japón– era, justamente, ensayar la respuesta a un posible ataque de Pyongyang contra objetivos estadounidenses en ese océano, en pleno momento de tensión entre los dos países por el programa armamentístico norcoreano.