Durante su visita a Israel, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se mostró confiado en que existe una posibilidad real de alcanzar la paz duradera en Medio Oriente. Esa solución, además de estar centrada en el combate al terrorismo yihadista en la región, incluye la resolución del conflicto entre israelíes y palestinos, dijo el gobernante. La próxima parada será Cisjordania, a donde llegará en medio de protestas de palestinos que consideran que Trump está “a favor” de Israel.

En la segunda escala de su primer viaje internacional como presidente, Trump se reunió con su par israelí, Reuven Rivlin, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, a quienes les manifestó su intención de desbloquear el proceso de paz entre Israel y Palestina, estancado desde 2014. El mandatario aseguró que su administración busca el “acuerdo definitivo” y que lo alcanzará “antes de lo que nadie espera”.

“Es posible un nuevo nivel de colaboración, con mayor seguridad para la región y para Estados Unidos, y que incluya un esfuerzo renovado de paz entre israelíes y palestinos”, afirmó en la ceremonia de bienvenida en Tel Aviv. Sin embargo, dio pocas pistas sobre cómo piensa lograrlo.

A nivel más macro, Trump dijo que en Arabia Saudita, donde estuvo el fin de semana, encontró “nuevos motivos para la paz” y alianzas para la lucha “contra el terrorismo y la ideología del mal” entre los líderes del mundo árabe y musulmán. “Tenemos ante nosotros una oportunidad excepcional de llevar seguridad y estabilidad a esta región y a su pueblo, derrotando el terrorismo y creando un futuro de armonía, prosperidad y paz”, dijo. Pero agregó que “sólo es posible llegar ahí trabajando juntos, no hay otra forma”.

Más tarde, en reuniones separadas que mantuvo con Rivlin y Netanyahu, Trump acusó directamente a Irán de desestabilizar la región al “impulsar el terrorismo” y “financiar y fomentar” la violencia. También prometió que Irán “nunca tendrá armas nucleares” y calificó de “terrible” el acuerdo nuclear alcanzado en 2015 entre ese país y el Grupo 5+1 -formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania-. En opinión del presidente republicano, ese acuerdo dio a Teherán “riqueza, prosperidad y la capacidad de seguir con el terrorismo”.

Finalmente, le agradeció al gobierno israelí por “su compromiso para avanzar en la paz entre palestinos e israelíes” y dijo que estaba “deseando” debatir sobre ese proceso con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, con quien tiene previsto reunirse hoy cuando llegue a Belén (Cisjordania). De acuerdo con los medios locales, varias organizaciones palestinas convocaron un paro general para ayer y anunciaron para hoy un “Día de Ira”, aprovechando la presencia de Trump. Esta manifestación tiene dos objetivos: solidarizarse con los centenares de presos palestinos que mantienen una huelga de hambre desde el 17 de abril y exigir la creación de un Estado palestino ante un presidente que, según consideran, siempre se mostró a favor de Israel al referirse al conflicto.

Algunas actitudes de Trump durante la visita reforzaron la tesis de los palestinos. Ayer el gobernante explicó que otro de los objetivos de su visita es “reafirmar el lazo inquebrantable entre Estados Unidos y el estado de Israel”. Unas horas más tarde, se convirtió en el primer presidente estadounidense en visitar la basílica del Santo Sepulcro, lugar sagrado para el cristianismo, y el Muro de los Lamentos, sagrado para el judaísmo. En este último, Trump rezó con la cabeza cubierta con una kipá y depositó un papel con un pedido, tal como marca la tradición.

Después, el presidente hizo un recorrido de una hora por la Ciudad Vieja de Jerusalén, una zona que la comunidad internacional considera territorio palestino ocupado. Este acto fue declarado “privado”, por lo que la delegación estadounidense rechazó la presencia de representantes israelíes, incluido el propio Netanyahu. Lo que sí hubo fue un intenso operativo de seguridad en los alrededores de la zona, que impidió la circulación de personas durante varias horas. Esta parte del itinerario fue excluida del programa de actividades facilitado a la prensa por las autoridades israelíes.

Apenas recibió a Trump, Netanyahu agradeció lo que consideró “una visita verdaderamente histórica” y “realmente un buen comienzo”, ya que “nunca antes el primer viaje oficial de un presidente de Estados Unidos incluyó una visita a Israel”. En tanto, Rivlin le dio las gracias por reconocer “el significado de Jerusalén para los judíos en todo el mundo”. Unas semanas después de llegar a la Casa Blanca, Trump manifestó su intención de trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, lo que generó malestar en las autoridades palestinas, ya que tanto Israel como Palestina reclaman a esa ciudad como capital. La reunión entre Trump y Abbas prevista para hoy será fundamental para ver qué papel jugará el presidente estadounidense en este conflicto.