Un artefacto explosivo fue detonado en un exclusivo shopping en Bogotá y causó la muerte de tres mujeres, dos colombianas y una francesa. Nueve personas fueron trasladadas a centros de salud por sus heridas, y sólo una, que estaba grave, sigue internada. Ayer se desconocía a los autores del atentado y las autoridades se negaban a informar con qué hipótesis estaba trabajando la Policía, para “no dañar la investigación”, indicó el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

“No vamos a permitir que lo logrado sea frenado por un puñado de extremistas, de cobardes o de quienes no quieren la reconciliación del pueblo colombiano”, aseguró Santos, en referencia al acuerdo de paz alcanzado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y al que se está negociando con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Justamente el ELN, la segunda guerrilla del país –que sigue recurriendo a la violencia aunque esté manteniendo conversaciones de paz con el gobierno–, repudió el ataque “contra civiles” en su cuenta de Twitter. “Compartimos el dolor y nos solidarizamos con las víctimas”, agregó, antes de pedir el fin de las “acusaciones infundadas y temerarias”.