Todo indica que la moción de censura que presentó Podemos el miércoles –y que no prosperó por la falta de apoyo, las abstenciones y los votos en contra del PP– marcó un antes y un después, tanto para esta formación como para el PSOE. Los dos partidos de izquierda mostraron ayer su voluntad de renovar sus planes y seguir buscando estrategias para echar de La Moncloa al presidente, Mariano Rajoy, a quien acusan de liderar un gobierno corrupto.
Por un lado, Sánchez prometió que se “esforzará” para “conseguir cuanto antes una amplia mayoría parlamentaria en el Congreso que desbanque al PP del gobierno”, en un artículo publicado ayer en el diario El Mundo. Lo hará porque, a su entender, la democracia española “necesita una urgente regeneración”. El líder socialista advirtió, no obstante, que “si continúan los vetos” parlamentarios, buscará ese apoyo mayoritario “en las urnas”. “Haremos una oposición al servicio de la mayoría social, construiremos una alternativa solvente, tratando de sumar apoyos, generando un espacio de encuentro con las fuerzas del cambio y los actores sociales”, aseguró, apelando a Podemos y a Ciudadanos, con quienes intentó pactar sin éxito para formar gobierno en 2016.
En tanto, Iglesias fue más conciso y, apenas terminado el debate del miércoles, anunció directamente que Podemos volverá a presentar una moción de censura contra el gobierno antes de que termine el año. “Creo que después de esta censura estamos mucho más cerca de construir una alternativa al PP”, dijo a la salida del Parlamento. El podemita adelantó que, para lograrlo, intentará negociar con quienes votaron a favor y con quienes se abstuvieron en la votación del miércoles. La mayor crítica de estos últimos fue que la moción estaba redactada a la medida de Podemos, sin dejar lugar a las negociaciones o los consensos con las demás formaciones que también rechazan la gestión de Rajoy. El PSOE entra en esta categoría, y la voluntad de acercamiento entre ambos partidos quedó en evidencia en el debate de esta semana, con el tono conciliador que adoptaron sus representantes.
Sin perder el tiempo, Iglesias dio un paso más y ayer contactó a Sánchez para concretar un primer encuentro, según confirmó la portavoz parlamentaria de Podemos, Irene Montero. En la misma conferencia, Montero dudó del papel que podría jugar Ciudadanos en la formación de esa mayoría alternativa que busca Sánchez, ya que, según consideró, el partido de derecha, liderado por Albert Rivera, respalda al gobierno “corrupto”.
De todas maneras, Rivera dejó claro ayer que no tiene intención de aliarse con estos partidos. “No, nosotros con los separatistas y con Podemos no vamos a estar en un gobierno Frankenstein. Además, creo que hay muchos socialistas que nunca han compartido esa idea, y no creo que sea el momento de reeditar un fracaso como ya intentó Pedro Sánchez”, aseguró el líder de Ciudadanos ayer, en una entrevista con el canal Antena 3. Consultado sobre cómo ve el posible acuerdo entre el PSOE y Podemos, el dirigente opinó: “A lo mejor hay que ganar elecciones en vez de sumar con un batiburrillo de partidos que no tienen nada en común”. Y agregó, en tono burlón, que Sánchez e Iglesias ni siquiera cuentan con los escaños suficientes para lograr la mayoría que buscan.
De acuerdo con lo hablado ayer, Iglesias y Sánchez mantendrán un primer acercamiento la semana que viene, una vez pasado el Congreso Federal del PSOE, que se celebra este fin de semana. En esa instancia, Sánchez quedará confirmado de manera oficial como el secretario general del partido y se definirá el resto de la dirección ejecutiva. El futuro secretario general ya tiene a su dream team, aunque este deberá ser sometido a votación durante el Congreso. De acuerdo con varios medios españoles, Sánchez propondrá a la diputada asturiana Adriana Lastra como vicesecretaria general del PSOE, una figura que ha existido en otras ejecutivas del partido pero que no formaba parte del organigrama en su dirección anterior. Lastra fue, junto a José Luis Ábalos –quien de forma interina se desempeña como portavoz parlamentario del partido–, una de las coordinadoras de la campaña de Sánchez durante las últimas primarias. Ábalos, por su parte, será propuesto como secretario de organización. El número tres del PSOE sería el político sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, propuesto para el cargo de secretario de Política Institucional.
En tanto, Patxi López, que compitió con Sánchez en las primarias, aceptó integrarse a la dirección del PSOE como secretario de Política Federal. El ex lehendakari se ocupará del área que tendrá como tarea diseñar la reforma federal del Estado que propone el PSOE para resolver la situación de Cataluña y avanzar de la actual “España de las autonomías” hacia una “España federal”.