Los diputados de Estados Unidos aprobaron ayer dos proyectos de ley que, de ser ratificados por el Senado, podrían perjudicar a los inmigrantes indocumentados. Una de ellas es la llamada Ley de Kate, que busca incrementar las penas para los inmigrantes condenados por ciertos crímenes que, luego de ser deportados, volvieron a ingresar a Estados Unidos de manera ilegal. La norma fue bautizada así en honor a Kate Steinle, una mujer que murió en 2015, a los 32 años, por un disparo de un inmigrante indocumentado mexicano.

La otra ley aprobada es la que pretende quitar fondos públicos a las denominadas “ciudades santuario” que, para proteger a los indocumentados, se niegan a colaborar con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas. Se trata de un proyecto que el presidente Donald Trump defendió innumerables veces durante su campaña electoral.

El miércoles, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, dijo que las autoridades de estas ciudades “socavan la ley federal” porque protegen a indocumentados “criminales”.

Las votaciones en el Congreso tuvieron lugar un día después de que Trump se reuniera en la Casa Blanca con víctimas de crímenes que fueron cometidos por inmigrantes sin papeles. Después del encuentro, el mandatario dijo a la prensa que “incontables estadounidenses” y sus familias fueron atacadas por personas que ingresaron al país ilegalmente y que en muchos casos habían sido deportadas varias veces. Lo atribuyó al gobierno anterior, que “se negó a cumplir las leyes de inmigración”. Todo esto coincidió con que ayer entró en vigor, de manera parcial, el polémico veto migratorio de Trump.