El Ejército de Irak tomó ayer lo que queda de la mezquita de Al Nuri y aseguró que es sólo “cuestión de días” para que asuma el control de toda la ciudad de Mosul, principal bastión del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en ese país. Para el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, esta operación marca “el anuncio del fin” del califato proclamado por los yihadistas hace tres años. Mientras tanto, en Siria, EI está acorralado en Al Raqa, considerada su capital.

Hace exactamente tres años, la cúpula de EI reunida en la mezquita de Al Nuri –en Mosul– proclamaba su califato en los territorios que controlaba en Irak y Siria. Desde ese entonces, miles de iraquíes quedaron atrapados en la ciudad, muchos murieron y la mayoría ha tenido dificultades para acceder a alimentos o a servicios básicos, según datos de la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas.

Ayer, las tropas iraquíes anunciaron que habían capturado la mezquita, tan simbólica para EI, y que en unos días posiblemente se hagan con el control de toda Mosul. Lo lograron después de nueve meses de intensa ofensiva militar. El comandante de las Operaciones Conjuntas de Irak, Abdelamir Yarala, explicó en un comunicado que, además de Al Nuri, las fuerzas antiterroristas también “liberaron” la zona de Seryejana, en el casco antiguo de Mosul. A su vez, el comandante dijo que la mezquita estaba completamente rodeada y que “ya no quedan yihadistas” en su interior. También informó que 55 milicianos de EI murieron en los combates de ayer y siete militares iraquíes fueron heridos. “El ʻEstadoʼ ficticio ha caído”, dijo más tarde un portavoz del Ejército, Yahya Rasool, a la televisión estatal.

En la misma línea, el primer ministro iraquí auguró en Twitter “el fin del pseudoestado islámico”, y afirmó: “Continuaremos luchando contra los de EI hasta que todos sean encarcelados o asesinados”.

Los yihadistas ya se veían venir la derrota en Mosul y, la semana pasada, dinamitaron la mezquita, que fue construida hace más de 800 años, para alejar a las tropas. No lograron el resultado que buscaban.

La caída de EI en Mosul implica la pérdida de su principal bastión en Irak, donde el grupo todavía controla algunos territorios chicos en el norte y el noreste. Es, a la vez, una señal de la pérdida de fuerza que está viviendo el grupo en la región. De hecho, la ciudad de Al Raqa, que EI considera la capital de su califato en Siria, también está bajo el asedio de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una coalición armada liderada por agrupaciones kurdas que recibe el apoyo de la alianza militar internacional que lidera Estados Unidos contra ese grupo. El portavoz de esta alianza, Talal Salu, dijo ayer a la agencia de noticias Efe que todavía no impusieron “un asedio total”, pero que sólo les faltaba “un kilómetro por el frente sur”, por lo que esperaban hacer un anuncio al respecto en las próximas horas.

A pesar de esto, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos –una organización civil opositora con sede en Londres– aseguró que las FSD habían rodeado completamente Al Raqa.

Dentro de Al Raqa, las FSD avanzan pero de forma más lenta para evitar la muerte de civiles, dijo a la agencia de noticias Efe el portavoz de la Brigada del Norte Democrático de la alianza, Ahmad al Omar. “Hemos alcanzado la zona de seguridad de EI en el centro de Al Raqa. Hemos tomado el Hospital Nacional, que está junto a la sede de la antigua comisaría de Policía”, afirmó. Además, Al Omar aseguró que sus fuerzas llegaron a la “línea de contacto” con EI y que las dos partes en combate están separadas “sólo por una calle”.

La pérdida de Al Raqa es la pérdida de la capital de los yihadistas y de su principal frente en Siria. Sin ella, quedaría en control de pequeñas zonas que rodean el Éufrates, al este del país, y regiones cercanas a la ciudad de Palmira, en el centro.

A este panorama se suma la persecución que están teniendo los dirigentes de EI. La semana pasada, Rusia informó sobre la “posible” muerte de Abu Bakr al Bagdadi, el máximo jefe del grupo y autodenominado “califa” hace tres años, aunque nadie ha podido confirmarlo. Otros miembros importantes de EI han ido cayendo en los últimos años, generalmente en bombardeos selectivos por parte de fuerzas de la coalición internacional o de Moscú y compañía.