“Los primeros inmigrantes libaneses y sirios querían hacer fortuna y volver a su país. Pero se quedaron, trabajaron duro e invirtieron en la educación de sus hijos. Criaron generaciones de doctores y una traición de participación en la política”. Con esas palabras empezaba un artículo de la revista Veja del año 2000 acerca de los descendientes de esos inmigrantes que habían llegado a la política brasileña. Entre los nombres mencionados en el artículo se destacaba el de Michel Temer, que en ese entonces era presidente de la Cámara de Diputados, pero también aparecía el de Tasso Jereissati, que era gobernador de Ceará, en el norte brasileño.

Las historias de sus antepasados no eran muy diferentes. Los padres de Temer llegaron a Brasil, provenientes de Líbano, en los años 20 e instalaron una tienda en la puerta de su casa, en un barrio en el interior de San Pablo. Su padre trabajaba allí todo el día mientras su madre cuidaba a los cinco hijos, de los cuales sólo el mayor no fue a la universidad, porque se dedicó a ayudar al padre. El abuelo de Tasso, Aziz Jereissati, llegó de Líbano a comienzos del siglo pasado. Vendió puerta a puerta durante años hasta que instaló una tienda de tejidos en Maranhão que luego mudó a Ceará, y cuando la tienda estaba cerrada hacía trabajos de herrería.

El hijo de Aziz Jereissati, Carlos, mantuvo su dedicación al negocio familiar y también a la política, y llegó a convertirse en senador por el Partido Laborista Brasileño, que llevó a João Goulart a la presidencia hasta su derrocamiento en el golpe de Estado de 1964. El suplente de Carlos Jereissati en el Senado era Antônio Queiroz Jucá, y los hijos de uno y otro, Tasso y Renata, se casaron en 1973.

Tasso fue un comerciante, igual que su abuelo, pero más ambicioso, y un político, igual que su padre, pero más liberal. Se recibió de administrador de empresas en la universidad privada Fundación Getúlio Vargas y fundó el Centro Industrial de Ceará, en el que reunió a empresarios del estado para debatir cuestiones económicas, sociales y políticas, tal como lo hacen las cámaras empresariales. Mientras presidía el centro le llegó la oferta del entonces gobernador, Gonzaga Mota, para entrar en política. El cruce entre lo empresarial y lo político marcó la carrera de Tasso e incluso provocó varias denuncias de corrupción, aunque ninguna de ellas llegó a la Justicia.

Después de ingresar a la política, Tasso siguió siendo un empresario y adquiriendo acciones de distintas compañías, algunas de ellas de comunicación –tiene dos emisoras de televisión y ocho de radio, todas en Ceará–. Entre 2010 y 2014 se dedicó exclusivamente a hacer negocios, y su patrimonio aumentó de 63 a 389 millones de reales, un aumento de más de 500%, según las declaraciones juradas que presentó ante la Justicia Electoral. A su vez, su hermano mayor, Carlos, se dedicó exclusivamente a los negocios y llegó a ser una de las personas más ricas de Brasil, según la revista Forbes.

Las empresas en las que Tasso y Carlos tienen acciones han hecho sistemáticamente millonarias donaciones a las campañas políticas del dirigente. Una de las denuncias que se presentan periódicamente en los medios contra Tasso, pero que nunca llegó a la Justicia, acusa a su hermano de haberse quedado con gran parte de las acciones de las empresas de comunicación que el gobierno de Fernando Henrique Cardoso privatizó con el asesoramiento de Tasso.

En la política, Tasso comenzó como integrante del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), pero rápidamente pasó al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Fue gobernador de Ceará en tres oportunidades y hoy cumple su segundo mandato como senador. Fue uno de los principales asesores de Cardoso, que incluso lo designó para varios cargos en organismos internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo, y el suyo fue uno de los nombres que sonaron dentro del PSDB para ser candidato a la presidencia. Sin embargo, el nombre del hoy senador José Serra fue el que reunió más apoyos en la interna partidaria, y lo dejó fuera de la carrera. En su momento, en declaraciones a O Globo, sus correligionarios dijeron que Serra tenía poco carisma y una personalidad más difícil que la de Tasso, pero el cearense tenía convicciones políticas menos firmes y era más autoritario. Finalmente, Serra perdió las elecciones con Luiz Inácio Lula da Silva, y tanto él como Tasso llegaron al Senado.

Tasso fue uno de los mayores opositores de Lula en el Congreso. Así como hizo con el Centro Industrial de Ceará, en el Senado creó y presidió la subcomisión de Seguridad Pública, desde la cual lanzó una agenda paralela a la del Ejecutivo, promoviendo foros y debates con especialistas sobre este tema. Como senador, Tasso ha integrado varias comisiones, pero su impronta económica liberal ha sido su sello diferencial. Participó en la discusión y en la aprobación de la Ley de Asociaciones Público Privadas (2004), así como en la privatización de varios organismos públicos durante la gestión de Cardoso.

El año pasado fue el senador informante de la nueva “ley de las estatales”, una de las primeras normas aprobadas tras la llegada de Temer a la presidencia. Con esta ley se endurecieron las reglas para gobernar las empresas estatales brasileñas, se redujo el margen para las decisiones políticas y se diezmó el presupuesto que podían dedicar a inversión social.

Otro de los proyectos en los que Tasso participó es la Ley 13.151, que amplía las actividades que pueden desempeñar las fundaciones privadas sin fines de lucro. El interés de Tasso por estos temas no es casual: su esposa, Renata, dirige el Instituto Queiroz Jereissati, “una entidad privada sin fines de lucro y apartidaria que cree en la educación como un instrumento básico para el desarrollo”. Además, Tasso preside la Comisión de Asuntos Económicos del Senado, en la que fue aprobada la semana pasada la reforma laboral promovida por el gobierno y resistida por sindicatos y partidos de izquierda.

Un señor de barrio

Tasso ganó casi todas las elecciones en Ceará. En 1986, 1994 y 1998 lo hizo con el respaldo de los hermanos Ciro y Cid Gomes, que ganaron las de 1990, 2006 y 2010. Las únicas elecciones en las que ninguno de ellos fue candidato –además de las últimas, de 2014– fueron las de 2002, en las que respaldaron en conjunto a Lúcio Alcântara, pero sólo durante la primera vuelta de las elecciones. En el balotaje Alcântara enfrentaría a José Pimentel, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) que era respaldado por Lula, quien a su vez pasaba a segunda vuelta en las elecciones presidenciales. Lula pidió a los hermanos Gomes, con los que estaba aliado a nivel nacional, que apoyaran al candidato petista, a lo que ellos accedieron. Alcântara fue el candidato ganador en Ceará, lo que le permitió a Tasso anotarse la primera victoria ante los Gomes.

Esa no fue la única oportunidad en la que la carrera política de Tasso en Ceará fue marcada por el cruce con la política nacional. Si bien la alianza no se repetiría formalmente, Tasso respaldó a Ciro Gomes en las elecciones de 2006, en las que Alcântara buscó la reelección. Gomes ganó esos comicios y se esperaba que le devolviera el favor a Tasso y respaldara su campaña para ser reelecto en el Senado en 2010. Sin embargo, el apoyo de Gomes fue para los candidatos promovidos por el PT: Pimentel y Eunício Oliveira, del PMDB. Ambos mantienen sus cargos en el Senado, Pimentel como integrante del PT y Oliveira como presidente del Senado brasileño, cargo en el que fue designado por la alianza oficialista actual, que integra Tasso.

Las de 2010 fueron las primeras elecciones que Tasso perdió, y aunque después de conocer el resultado dijo en una conferencia de prensa que sería la última vez que se postularía a un cargo público, en 2014 fue por la revancha y se presentó como candidato para integrar el Senado otra vez. En esos comicios, venció al candidato respaldado por el entonces gobernador Cid Gomes y la ex presidenta Dilma Rousseff, Mauro Filho, y consiguió su cargo en la cámara alta con un mandato de ocho años.

Tasso encontró una nueva oportunidad en la separación de Aécio Neves de su cargo de senador y su salida temporal de la presidencia del PSDB, y fue designado por el propio Neves para ocupar este último cargo de forma interina. El senador ya había ocupado la presidencia del PSDB en tres ocasiones y fue el presidente del Instituto Teotônio Vilela, órgano de formación política del PSDB, pero en esta ocasión lo hace en un momento que parece ser trascendental para su partido.

Por un lado, el PSDB define de forma casi diaria si mantiene su respaldo al gobierno de Temer, acusado de corrupción. El lunes, en una nueva reunión, decidió mantener su apoyo, una opción que Tasso no termina de acompañar. “Es una incoherencia en la que la historia nos colocó”, dijo cuando le consultaron cómo un partido que ha tenido un fuerte discurso contra la corrupción ahora respalda a un gobierno de estas características. “No es el gobierno de mis sueños”, agregó.

Por otro lado, Tasso vuelve al liderazgo del PSDB mientras este carece de un nombre presidenciable cantado para las elecciones de 2018. Hasta ahora se manejaban los nombres de Neves y del gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, pero ambos aparecen vinculados con casos de corrupción. El alcalde de San Pablo, João Doria, aparecía como una alternativa, pero no cuenta con el respaldo de la mayoría de la dirigencia del partido y es rechazado por nombres de peso como el ex presidente Cardoso. A medida que pasan los días, cada vez son más las voces que se preguntan si Tasso no es la mejor opción para el PSDB en 2018.