Corea del Norte hizo el viernes una de sus ya habituales pruebas balísticas: lanzó un misil que cayó en aguas japonesas. Este ensayo militar es similar al del 4 de julio, el Día de la Independencia estadounidense, cuando Pyongyang hizo un lanzamiento que terminó cayendo también en el Mar de Japón. En aquella ocasión, Corea del Norte comunicó mediante la agencia oficial KCNA que el misil que se estaba probando podría llegar a las costas de Alaska. Acerca del misil del viernes, manifestó que podría llegar a la totalidad del territorio de Estados Unidos: “Esta última prueba demuestra la fiabilidad de nuestro cohete balístico intercontinental y la capacidad de lanzarlo por sorpresa en cualquier lugar y a cualquier hora. [...] Todo el territorio continental de Estados Unidos está dentro de nuestro rango de ataque”, dijo esta vez KCNA.

Corea del Sur y Estados Unidos respondieron con maniobras militares conjuntas dirigidas desde la isla de Guam: se enviaron dos bombarderos B-1B a sobrevolar la península de Corea, se hicieron pruebas de misiles y finalmente se realizó un simulacro de activación del escudo antimisiles estadounidense. “Si se nos llama, estamos listos para responder con una fuerza rápida, letal y abrumadora en el momento y lugar de nuestra elección”, declaró el general Terrence J O’Shaughnessy, comandante de las Fuerzas Aéreas del Pacífico.

Donald Trump tampoco se quedó atrás y aprovechó para cargar contra China. “Estoy muy decepcionado de China. Nuestros estúpidos líderes anteriores les han permitido hacer cientos de miles de millones de dólares al año en comercio, pero no hacen NADA para nosotros con Corea del Norte, sólo hablar”, escribió en Twitter. “Ya no permitiremos que esto continúe. China podría fácilmente resolver este problema”, agregó.

Pese a las palabras grandilocuentes y al revuelo causado, la NORAD (la agencia de seguridad aérea de Estados Unidos y Canadá) cree que estas pruebas no suponen una amenaza inminente para América del Norte, ya que no parece que los norcoreanos puedan equipar todavía los misiles con cabezas nucleares; ni que los mismos misiles puedan entrar y salir de la atmósfera correctamente.

Por su parte, China intenta mantener una posición equidistante respecto de Corea del Norte. En todo caso, en China no parece que se le esté dando la misma trascendencia a este nuevo ensayo militar. Según el director del Centro de Investigación de la Península Coreana en la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái, Liu Ming, la amenaza de Estados Unidos de atacar Pyongyang es un mero pretexto para aumentar la presión sobre China. “Es más chantaje que una opción real”, considera Ming en un informe publicado por Bloomberg.