“Hay información confirmada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos sobre la muerte de Abu Bakr al Bagdadi”, anunció ayer esa organización, que cita como fuentes a “cabecillas de primera y segunda fila de EI”. Por el momento, el observatorio no precisó cómo murió Al Bagdadi ni en qué fecha. Lo que sí confirmó es que, en los últimos tres meses, el líder yihadista estuvo en un pueblo del este de la provincia siria de Deir al Zur, ubicada en la frontera con Irak.

Un vocero de la coalición militar internacional liderada por Estados Unidos, Joe Sorocca, dijo ayer a la agencia de noticias Efe que “no podía corroborar la información”, aunque la alianza “espera que sea cierta”. Más adelante, el Departamento de Defensa de Estados Unidos se pronunció en el mismo sentido: “No tenemos pruebas que corroboren las últimas informaciones sobre la muerte de Abu Bakr al Bagdadi”.

No es la primera vez que se reporta la muerte de Al Bagdadi, quien hace tres años proclamó el “califato” en los territorios que controlaba EI en Siria e Irak, y se autodenominó “califa”. Hace menos de un mes, el Ministerio de Defensa ruso dijo que Al Bagdadi podría haber muerto el 28 de mayo en un bombardeo de sus fuerzas al sur de la ciudad de Al Raqa, algo que hasta ahora ninguna otra fuente pudo comprobar. En ese momento, Estados Unidos dijo que no podía confirmar ese dato, pero que la información que Rusia dio al hacer el anuncio parecía “tener varias debilidades”. Desde entonces, hasta ayer, no se habían conocido otras informaciones acerca de la situación de Al Bagdadi.

La última prueba de vida del líder de EI se difundió en noviembre de 2016, cuando la organización publicó un mensaje de audio en el que supuestamente se escuchaba a Al Bagdadi animando a sus seguidores. Su autenticidad nunca pudo ser verificada.

Al Bagdadi se convirtió en el líder de EI en mayo de 2010. En 2014, cuando empezaba el mes del Ramadán y el grupo ya había cambiado su nombre de Estado Islámico de Irak y el Levante a Estado Islámico, su líder declaró su intención de crear un califato islámico. Esa fue su primera y única aparición en público, y tuvo lugar en la mezquita Al Nuri, en Mosul, que había caído en manos de sus combatientes unos días antes y cuyo dominio perdieron esta semana.