Diez personas murieron ayer en Venezuela, mientras muchos intentaban votar en las elecciones de integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente y otros tantos buscaban evitarlo. A lo largo de la jornada se vieron varias escenas de violencia, y en las redes sociales algunos buscaban convencer, con fotos, de que su versión de lo que estaba sucediendo en Venezuela era la correcta. Se prevé que hoy mismo se instale la Asamblea Constituyente y que funcione en el mismo lugar que la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.

El Ministerio Público de Venezuela se encargó ayer de informar en Twitter que murieron diez personas durante la jornada de votación, en distintas circunstancias violentas. Según el diario venezolano El Nacional, al cierre de esta edición las muertes eran 15. Entre los fallecidos se cuenta el abogado José Félix Pineda, uno de los candidatos a integrar la Asamblea Nacional Constituyente. De acuerdo con el Ministerio Público, “un grupo de personas” irrumpió en la casa de Pineda en la madrugada del domingo y “le propinó varios disparos”. La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aseguró que las muertes se debieron a “la represión”.

Sin embargo, entre los heridos había siete policías. Durante la tarde, un grupo de policías en moto sufrió el impacto de un artefacto explosivo en un hecho que fue grabado en video, aparentemente por un celular, y que fue celebrado por quienes lo estaban viendo en vivo con gritos y aplausos. Como consecuencia de la explosión, informó el Ministerio Público, siete policías quedaron heridos. En las redes sociales se podían ver dos Venezuelas: aquella en la que los centros de votación estaban vacíos y aquella en la que se veían repletos, reflejando las narrativas de la oposición y el oficialismo sobre lo que sucede en el país.

Según la MUD, que boicoteó las elecciones, la consulta tuvo “cero apoyo” y a las 21.00 de Uruguay sólo había votado 12% del padrón electoral, de unos 19,5 millones de ciudadanos habilitados. El ex candidato presidencial opositor Henrique Capriles estimaba que al cierre de las mesas de votación la participación no llegaría a 15%. En cambio, el oficialismo informó que la afluencia de gente fue tal que hubo que extender el horario de votación por una hora más. El primer vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, habló de una participación “récord” y de una “victoria ejemplarizante” del oficialismo.

La semana pasada la oposición denunció que el gobierno estaba presionando a trabajadores públicos para que fueran a votar, así como a jubilados o beneficiarios de programas sociales, amenazándolos con despedirlos o quitarles sus prestaciones sociales. La diputada opositora Delsa Solórzano dijo ayer que esos funcionarios que recibieron presiones fueron a los centros de votación, pero anularon su voto.

Los 545

El gobierno de Nicolás Maduro dispuso, con el aval de la Justicia electoral, que ayer se eligiera a los 545 integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente que se encargará de elaborar una nueva Constitución. La que se propone reformar es la carta magna promulgada en 1999 por el ex presidente Hugo Chávez. En ese proceso de 1999, la oposición encuentra uno de los argumentos para rechazar la actual convocatoria: antes de convocar a la Asamblea Constituyente, Chávez hizo una consulta popular en la que ganó la opción de reformar la Constitución. Otra diferencia consiste en que, una vez dispuestos los cambios, el gobierno de Chávez convocó a una nueva votación para avalarlos. Al principio, Maduro rechazó la posibilidad de hacer una consulta de ese tipo, pero después cambió de opinión y dijo que sí habrá una votación posterior.

Desde un comienzo, la oposición se negó a participar en estas elecciones, que, según Maduro, fueron convocadas para garantizar “la defensa de los sagrados derechos y logros sociales conquistados” por la “revolución bolivariana”, para “poner las bases de la regeneración de la paz de la república” y para “erradicar la impunidad” en los “delitos contra la patria”. Entre estos delitos se incluyen la especulación financiera, el terrorismo, “la promoción del odio social y la injerencia extranjera”. El gobierno suele acusar a la oposición de cometerlos.

Unas 50.000 personas se postularon a estas elecciones, pero las autoridades electorales habilitaron solamente a 6.120. Los candidatos no representan formalmente a sectores políticos y, por lo tanto, quienes ocuparan un cargo de gobierno debían renunciar para postularse. Esto sucedió en el caso de la ex canciller Delcy Rodríguez y en el de Cabello. Otra cara conocida del oficialismo es la de la primera dama, Cilia Flores.

La elección tiene sus particularidades. El sistema dispuesto por el gobierno establece que de los 545 constituyentes sólo 364 representan a los distritos electorales, mientras el resto se distribuye de la siguiente manera: 79 actúan en nombre de los trabajadores; 28, de los pensionistas; 24, de los estudiantes; 24, de los consejos comunales; ocho, de los campesinos y pescadores; cinco, de los empresarios, y cinco, de los discapacitados.

La oposición cuestiona esta distribución, no sólo porque habilita a que una persona vote dos veces (por su municipio y por su trabajo, por ejemplo), sino también porque rechaza la representación territorial que se estableció. Cada municipio contará con un representante, excepto las capitales, que tendrán dos, sin que haya una relación entre el número de constituyentes que los representen y la población. Esto permite, según la oposición, que zonas urbanas muy habitadas en las que el oficialismo es minoría tengan el mismo peso que las rurales, en las que cuenta con mucho apoyo y donde los votantes son pocos.

A partir de ahora

El rechazo a la convocatoria no llega sólo desde dentro de fronteras. A lo largo del domingo, varios países americanos anunciaron que no reconocerán los resultados de la votación. Entre esos países figuran Argentina, Colombia, México, Panamá y Estados Unidos. Otros países de la región manifestaron su rechazo a las circunstancias en las que se desarrolló la votación, pero no se refirieron a un desconocimiento de los resultados.

“El gobierno argentino lamenta que el gobierno venezolano, desoyendo los llamados de la comunidad internacional, incluyendo el de los países del Mercosur, haya proseguido con la elección de una Asamblea Constituyente”, dijo la cancillería de Argentina, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Aloysio Nunes, advirtió que Venezuela será un escenario sin ley a partir de hoy porque tendrá dos constituciones diferentes.

La jornada electoral abre una nueva etapa en un país en el que ya hay un enfrentamiento muy fuerte entre el Poder Ejecutivo y la Asamblea Nacional, que se desconocen uno a la otra. Esa situación se ha extendido a otras instituciones y alcanza al Tribunal Supremo de Justicia y al Ministerio Público. Los pasos previstos podrían implicar una mayor tensión política en los próximos días. Por ejemplo, los constituyentes electos ayer deberían comenzar hoy mismo sus actividades y reunirse en el mismo edificio en el que está instalada la Asamblea Nacional.