En las últimas semanas se ha sabido poco acerca de los avances de la investigación judicial sobre lo que se ha denominado la “trama rusa” detrás de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, pero los gobiernos de ese país y de Rusia parecen estar tomando medidas para reducir su eventual impacto. Mientras tanto, Trump sufrió una salida en su equipo, la de una de las caras más visibles, el portavoz Sean Spicer.

La Casa Blanca se vio obligada a hacer aclaraciones ayer de tarde. Aseguró que Trump no está considerando indultar a integrantes de su equipo o de su familia en el caso de que estos tengan que enfrentar a la Justicia por su involucramiento en la trama rusa, las presuntas gestiones de Rusia para favorecer la candidatura de Trump a la presidencia en 2016. Estas aclaraciones llegaron después de que el diario The Washington Post informara que Trump pidió a su equipo legal que averiguara qué tanto poder tiene como presidente para indultar a sus asesores, su familia o incluso a sí mismo.

Sin embargo, el propio Trump remarcó que como presidente de Estados Unidos tiene “el poder absoluto de perdonar” crímenes. Lo hizo en una serie de tuits en la que dijo que el único crimen vinculado con Rusia es cometido por los medios periodísticos y consiste en “filtraciones” de información vinculada con este tema. En la misma serie, acusó a The New York Times de haber frustrado un plan para asesinar al líder del grupo yihadista Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi.

Las aclaraciones de ayer fueron hechas por el nuevo director de Comunicación de la Casa Blanca, Anthony Scaramucci. En una entrevista con CNN, Scaramucci dijo que “el presidente no está pensando en perdonar a nadie”. Sin embargo, en otra entrevista, con Fox News, reconoció: “Estuve en el Despacho Oval con el presidente la semana pasada y hablamos sobre eso. Él lo sacó a relucir, pero dijo que él mismo no necesitará un perdón”. También se refirió a este tema el abogado personal de Trump, Jay Sekulow, quien manifestó que no tuvo ninguna conversación con Trump sobre el tema de los perdones presidenciales.

En los dos casos, las aclaraciones vinieron de dos caras nuevas del equipo de Trump. Sekulow y Scaramucci llegaron después de que salieran otras figuras vinculadas con el gobierno. Por un lado, salieron del equipo jurídico el abogado personal de Trump, Mark Kasowitz, y el portavoz, Mark Corallo. Según algunos medios estadounidenses, los dos alejamientos podrían marcar el desacuerdo de estos asesores con la nueva estrategia del presidente en cuanto a la trama rusa, que consiste en agredir directamente a quien está a cargo de investigarla, el fiscal especial Robert Mueller.

Por otro lado, también se alejó una figura clave del gobierno de Trump: su portavoz, Sean Spicer, que también llevaba adelante las tareas de director de comunicaciones desde la renuncia de Mike Dubke, en mayo. El diario The Washington Post informó que la salida de Spicer se debe a la incorporación de Scaramucci, a la que se oponían tanto él como el jefe de gabinete, Reince Priebus.

El nuevo director de Comunicación es un empresario de Wall Street que se lleva muy bien con los hijos de Trump y que ha tenido experiencia en televisión como anfitrión de un programa matutino de los domingos y como especialista invitado en varios programas. Si bien Scaramucci ahora se integró al gobierno de Trump, desde que este lanzó su campaña publicó varios tuits críticos con sus posturas (con la construcción del muro en la frontera con México, por ejemplo) que, según reconoció, borró durante el fin de semana.

Scaramucci fue el encargado de comunicar, el viernes, que Spicer dejará el equipo de comunicación a fines de agosto, cuando será reemplazado por la portavoz adjunta, Sarah Huckabee Sanders (hija del ex gobernador de Arkansas y ex precandidato republicano a la presidencia Mike Huckabee). Además, ayer dijo que sus primeras medidas en el cargo estarán dirigidas a frenar las filtraciones de información a los medios de comunicación. “Soy un hombre de negocios, por lo que si no paramos las filtraciones tomaré medidas dramáticas”, advirtió.

Desde Moscú

Mientras se procesaban estos cambios en el equipo de Trump, varios de ellos vinculados con la trama rusa, Moscú anunciaba otro: la salida de su embajador en Washington, Serguéi Kisliak, quien estuvo casi diez años en el cargo. Kisliak es una figura clave en la trama rusa, ya que fue con él que se reunió Michael Flynn.

Este integrante del equipo de Trump había sido designado asesor de Seguridad Nacional pero tuvo que renunciar al cargo una vez que se supo que le mintió al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, al informarle sobre ese encuentro. Le dijo a Pence que en la reunión no se habían tratado temas políticos importantes ni se había hablado de las sanciones de Estados Unidos a Rusia, pero una grabación del FBI demostró lo contrario. También generó polémica una reunión del propio Trump con el embajador, tras la cual el presidente tuvo que negar las versiones de que le había dado información clasificada a Kisliak.

Se prevé que el nuevo embajador ruso en Washington sea Anatoly Antonov, el ex viceministro de Asuntos Exteriores del presidente ruso, Vladimir Putin.