Dos datos concentraban las expectativas en las primarias de ayer, en las que las encuestas ya anunciaban quiénes serían los ganadores: la ventaja de cada uno de los candidatos con respecto a sus contrincantes y la participación que obtuviera cada coalición. Ambos datos auguran tiempos complicados para las dos coaliciones.

La primera señal de alarma fue la de la participación, que fue de poco más de millón y medio de personas, casi la mitad que en las primarias anteriores, de 2013, en las que votaron la coalición de derecha Alianza por Chile y la de centroizquierda Nueva Mayoría. La caída en la votación era esperada debido, entre otras cosas, a que Nueva Mayoría no participaba en las elecciones y a que la selección chilena jugaba ayer la final de la Copa de las Confederaciones.

La coalición de derecha Chile Vamos consiguió su objetivo de superar la participación que tuvo en 2013, que fue de 800.000 personas, al alcanzar 1.300.000 votos. La cifra fue más que celebrada por los distintos dirigentes, entre ellos Piñera, que al celebrar su victoria destacó que tuvo cinco veces más votos que el FA, una coalición de partidos muy nueva que superó varios desafíos para llegar a participar en las primarias.

En el FA las cifras de participación fueron un golpe duro, porque estuvieron lejos de alcanzar el medio millón de votantes que esperaban y se quedaron en 316.000. “No podemos estar conformes con la cifra”, reconoció anoche el diputado Giorgio Jackson. “Tenemos que ser capaces de convocar. Hoy fue un día difícil para hacerlo [por el partido de la selección], pero eso no puede ser una excusa”, agregó.

El otro dato trascendente eran las ventajas que obtuvieron Sánchez y Piñera, que no fueron tan grandes como auguraban las encuestas, aunque tampoco estuvieron en riesgo sus liderazgos. Sánchez venció al intelectual Alberto Mayol con 68% de los votos, según los datos oficiales cuando se había escrutado 97% de las mesas. Por su parte, Piñera obtuvo 57% frente a 28% de Manuel José Ossandón y a 15% de Felipe Kast. En ambos casos se esperaba que los candidatos ganadores obtuvieran más de 80% de los votos en las primarias, debido a que partieron como favoritos y contaron con más respaldo de las cúpulas y aparatos de las coaliciones que integran.

Ahora se abre un nuevo período en el que las claves se encontrarán en reunir a los distintos partidos y sectores de cada coalición y avanzar en la redacción de los programas electorales, que no están listos en el caso de ninguna de las tres principales coaliciones que disputarán las elecciones: Chile Vamos, FA y Nueva Mayoría. A sabiendas de que anoche empezaba una nueva etapa, tanto Piñera como Sánchez dedicaron palabras de unidad y compañerismo a sus ahora ex contendientes.

Otras dificultades

La jornada electoral estuvo repleta de acusaciones por parte de Chile Vamos, en la mayoría de los casos por irregularidades administrativas o dificultades durante la jornada. Muchas de esas acusaciones fueron para el gobierno. Algunos referentes de la coalición de derecha criticaron las extensas colas en algunos centros de votación y aprovecharon para pedir una modernización del sistema. También hubo quienes se quejaron de que el gobierno no hizo publicidad de las elecciones primarias y consideraron que eso pudo haber afectado la participación.

Pero también hubo críticas para el FA. Desde primera hora Chile Vamos acusó a la coalición de izquierda de haber inscripto como militantes a personas sin su consentimiento, razón por la cual esos ciudadanos no podían votar en las primarias de la derecha. Dirigentes de Chile Vamos aseguraron que hubo muchas personas que quisieron votar en sus internas y no pudieron por ese motivo. Según el diputado Jaime Bellolio, en un solo local de votación esto les sucedió a 90 personas.

La primera respuesta a estas acusaciones llegó de la mano de la portavoz del FA, Karina Oliva, que acusó a la derecha de estar “ocultando su baja participación en estas primarias con acusaciones sin fundamento”. Agregó: “Si tienen dudas, que le pregunten al Servicio Electoral”. Además, Oliva acusó a Piñera de tener una “candidatura fraudulenta” por las acusaciones de corrupción que hay en su contra.

Más tarde, el presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral, Patricio Santamaría, pidió que estos casos sean denunciados y llamó a los actores políticos a ser responsables y no agrandar problemas que fueron puntuales.