Varias señales indican que el gobierno de Michel Temer cuenta cada vez con menos apoyo y podría terminar próximamente. Una de ellas tuvo lugar ayer en la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la cámara baja, donde se está tratando la denuncia presentada en contra del mandatario por el procurador general Rodrigo Janot. El miembro informante sobre este asunto en la comisión, Sergio Zveiter, correligionario de Temer, dio a conocer una opinión contraria a los intereses del presidente: la de aceptar la denuncia.
Esta opinión será votada rápidamente en la CCJ –se prevé que esta misma semana–, y la conclusión final será enviada al plenario de la Cámara de Diputados. Todo indica que la CCJ votará en contra de Temer, pese a que el presidente operó para sustituir a varios de los integrantes de la comisión con diputados que se suponía que estaban a su favor.
En el plenario de la Cámara de Diputados, que tiene 513 integrantes, se necesita una mayoría de dos tercios, 342 votos, para habilitar al Supremo Tribunal Federal a que inicie un juicio penal contra el presidente. Si esto ocurriera, Temer podría ser suspendido de su cargo por un plazo de hasta 180 días.
El Ejecutivo de Temer quería acelerar el proceso para terminar lo antes posible con esta situación de incertidumbre. Sin embargo, el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, se opuso a hacerlo, en otra señal política contraria a los intereses del gobierno.
Además, a la postura pública de Tasso Jereissati, presidente interino del Partido de la Social Democracia Brasileña, de que el gobierno de Temer está terminando, se sumó ayer la de Renan Calheiros, ex presidente del Senado y uno de los líderes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, al que pertenece el mandatario. “El gobierno ya fue”, dijo en una entrevista con Folha de São Paulo. “Casi todos apoyan la salida porque las turbulencias son insoportables”, agregó.
Calheiros consideró que ahora el “paso decisivo” que “se debe” dar es el de un gobierno liderado por Maia, sucesor constitucional de Temer ante la ausencia de un vicepresidente.