Argentina celebró sus Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias previas a las elecciones del 22 de octubre, en las que se renovarán de manera parcial las dos cámaras del Congreso. Según los primeros datos oficiales, la alianza gobernante Cambiemos ganó en el total del país, algo que era de esperarse porque fue la única fuerza que se presentó con el mismo nombre en toda Argentina. La sorpresa estuvo en la provincia de Buenos Aires, donde todo indicaba que también allí la victoria sería de Cambiemos y no de la ex presidenta Cristina Fernández, como habían previsto las encuestas.
“Estoy un poco conmovida y azorada, yo estoy acostumbrada a perder, no a ganar”, dijo la diputada Elisa Carrió, que fue la primera dirigente en celebrar anoche. La ventaja de Carrió como candidata a diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aparecía en las encuestas, pero su victoria fue más contundente de lo esperado: obtuvo 49% de los votos, según los datos oficiales cuando el escrutinio en Ciudad de Buenos Aires llegaba a 93%. En segundo lugar aparecía, con 21% la alianza kirchnerista Unidad Porteña.
Utilizando una retórica confrontativa, Carrió aseguró que “la República se ha reafirmado a lo largo y ancho de la nación”, así como “la posibilidad de vivir en la verdad, la justicia, el derecho y la paz”, y celebró que los candidatos a diputados y senadores de Cambiemos “son de excelencia” y “competentes” porque “saben leer y escribir, saben reflexionar, no son autoritarios y tienen formación”.
Poco después, otros precandidatos a la cámara baja salieron a pronunciarse acerca del resultado en la ciudad, como Martín Lousteau, de Evolución Ciudadana, que esperaba llegar a 20% de los votos, pero apenas superó el 13%; o Matías Tombolini, de la alianza 1País (integrada por el Frente Renovador, de Sergio Massa, y la Generación para un Encuentro Nacional, de Margarita Stolbizer), que no alcanzó 4% de los votos. Por otra parte, dentro de Unidad Porteña, una de las pocas formaciones que celebraban elecciones internas, Daniel Filmus llevaba una ventaja importante sobre Itaí Hagman y Guillermo Moreno.
El escenario en la ciudad de Buenos Aires se parecía al del resto del país, donde los primeros datos oficiales auguraban una victoria de Cambiemos. Incluso en Santa Cruz, cuna del kirchnerismo, la victoria fue oficialista, con 46%, frente a 28% del kirchnerismo, según los datos oficiales, con 94% de los votos escrutados. Más rápido que los datos oficiales avanzaba el clima de celebración en el búnker de la coalición oficialista, donde el escenario era ocupado por los distintos líderes que, con aire festivo, agradecían a quienes votaron a Cambiemos y se congratulaban por el respaldo que obtuvieron.
En clave provincial
Los resultados oficiales de la provincia de Buenos Aires eran los que avanzaban más lentamente. Al cierre de esta edición había sido escrutado solamente 41% de los votos y Cambiemos, con la candidatura al Senado de Esteban Bullrich, tenía 36% de los votos, con una ventaja de 4% sobre Unidad Ciudadana, cuya lista al Senado estaba liderada por la ex presidenta Fernández. Sondeos a boca de urna de Cambiemos y 1País también daban la victoria al oficialismo, y coincidían en que 1País contaba con alrededor de 15% de los votos, un resultado peor al augurado por las encuestas, que lo mostraban por encima de 25%.
Bullrich celebró el resultado cuando todavía faltaba el escrutinio de miles de votos. Agradeció a los bonaerenses que le hubieran abierto “el corazón” y dijo que “en la garra de cada bonaerense para seguir adelante” encontró fuerzas para avanzar en la campaña. Además, aseguró que el resultado confirma el “cambio” y sostuvo que lo importante es “decir la verdad”, porque con ella viene “la confianza”. “Estamos cansados de que nos mientan”, agregó.
El discurso de Bullrich fue muy parecido al de la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quien dijo que no tenía palabras para agradecer “tanto amor, tanto cariño”, y el presidente Mauricio Macri, que también interpretó la votación como un mensaje de que “el cambio está más vivo que nunca”.
Al igual que Carrió, Vidal y Bullrich, Macri dedicó gran parte de su discurso a marcar las supuestas diferencias entre su gobierno y el anterior, entre “la verdad y la confianza” y “la mentira y los prejuicios”, la “resignación” y el “miedo” y la “capacidad de soñar y creer en nosotros mismos”. Sin embargo, reconoció que los resultados de las políticas económicas, en las que la oposición hizo hincapié, “a muchos argentinos no les llegaron”. Prometió hacer todo lo posible para “llegar todos juntos a ese destino de felicidad”.
Por su parte, Massa reconoció el resultado adverso pero marcó que “más de 65%” de quienes viven en Buenos Aires “le dieron un mensaje claro al gobierno: no están conformes con cómo van las cosas”. Agregó que hubo también “un mensaje para el pasado”, y resumió: “No queremos la Argentina del ajuste y la insensibilidad que impera en este gobierno, pero tampoco la Argentina de la corrupción y la impunidad”.