Los Mossos d’Esquadra informaron ayer de la muerte de Younes Abouyaaqoub, el conductor de la camioneta que el jueves atropelló a decenas de personas en las Ramblas de Barcelona. El yihadista, de 22 años, fue abatido por la Policía catalana en Subirats, a 50 kilómetros de donde tuvo lugar el ataque. La reconstrucción del recorrido que hizo Abouyaaqoub después del atropellamiento reveló que, en su huida, el joven mató a puñaladas a un estudiante en la llamada Zona Universitaria para robarle el auto. Con este asesinato, el número de víctimas mortales en los atentados de Barcelona y Cambrils aumentó a 15.
Abouyaaqoub cayó horas después de que los Mossos d’Esquadra hicieron un llamado a los ciudadanos para que reportaran cualquier información que pudiera ser útil para localizarlo. Cuando lo encontraron, llevaba un cinturón de explosivos falso y avanzó hacia la Policía, que le disparó. Antes de morir, Abouyaaqoub gritó: “¡Alá es grande!”.
El jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, confirmó ayer que con la muerte de Abouyaaqoub se da por desarticulada la célula de 12 personas relacionadas con los atentados en Cataluña, aunque aclaró que la operación sigue en marcha y que es posible que se hagan nuevas detenciones en las próximas semanas.
En cuanto al supuesto líder de la célula terrorista, el imán de Ripoll Abdelaki Es Satty, Trapero dijo que posiblemente sea uno de los dos hombres que murieron el miércoles en Alcanar cuando explotó la bomba que los terroristas pretendían detonar en Barcelona. Las autoridades esperan el resultado de los análisis científicos para ratificarlo, pero manifestaron que hay “indicios muy sólidos” de que una de esas personas era el imán.