La derecha chilena busca el camino para evitar que se convierta en ley en su país un proyecto que despenaliza el aborto en casos de violación, riesgo de vida de la madre e inviabilidad fetal. El proyecto, que estuvo a punto de ser aprobado días atrás, finalmente tuvo anoche el aval del Senado. Antes, una comisión bicameral del Parlamento de Chile dio luz verde a la iniciativa, con seis votos a favor y cuatro en contra, y la Cámara de Diputados la ratificó. El punto que generó mayor polémica fue la posibilidad de que las adolescentes menores de 14 años pudieran abortar sin permiso de los padres, lo que fue finalmente aceptado por la comisión y la cámara baja.

Sin embargo, la derecha chilena, representada por la coalición Chile Vamos y por su candidato a la presidencia, el ex mandatario Sebastián Piñera, ya presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional (TC) para evitar que la ley llegue a promulgarse. Los opositores creen que esta ley “manda e impone a terceros la obligación de realizarlo [el aborto]”. Según la interpretación que hacen los conservadores chilenos, el proyecto contraviene la Constitución, porque esta “protege la vida del que está por nacer”.

El propio Piñera también dio su opinión. “El proyecto no despenaliza el aborto, sino que provocaría el aborto libre. Así ha sido en muchas partes del mundo. Se aprueba bajo ciertas causales y rápidamente se establece en todas las causales”, dijo Piñera, en una entrevista con la radio ADN. “Que el TC haga cumplir la Constitución y, en consecuencia, defienda la vida [...] Esta ley no despenaliza el aborto, legitimiza el aborto”, concluyó Piñera. Su país es uno de los pocos en el mundo que mantienen una prohibición absoluta del aborto, junto a El Salvador, Nicaragua, Honduras, Haití, Surinam, Andorra, Malta y El Vaticano.

En este caso, la derecha chilena está quedándose atrás con respecto a sus ciudadanos, si se tiene en cuenta la legitimidad que tiene la reforma en la población. En julio, la consultora Cadem publicó un sondeo para el que preguntó a los chilenos si estaban de acuerdo con la despenalización del aborto planteada por el gobierno. De los consultados, 70% se declaró a favor de la iniciativa. Pese a este posicionamiento general, el sondeo también señaló que 60% piensa que las mujeres tienen derecho a interrumpir su embarazo bajo ciertas circunstancias; 22% considera que es válido bajo cualquier circunstancia, y sólo 16% consideró que no se justifica en ninguna circunstancia.

En línea con los derechos civiles reclamados en Chile de manera cada vez más pujante, el 25 de julio se desarrolló en Santiago una marcha, en la que participaron alrededor de 15.000 personas que reclamaban un aborto “libre, seguro y gratuito”, algo que no se contempla en la ley propuesta por la coalición gobernante, Nueva Mayoría. Según informó la agencia de noticias Efe, las consignas que se pudieron leer en algunos carteles que portaban los manifestantes fueron: “Las ricas se lo pagan... las pobres se desangran”; “Aborto seguro, libre, gratuito y solidario”; y “Abortar es una opción, decidir es un derecho”.

La organización Asamblea de Mujeres Libres demanda ir más allá en los cambios de la legislación referida al aborto y manifestó: “El aborto en tres causales nunca será suficiente, ya que limita nuestro poder de decisión y, nuevamente, otros deciden por nosotras”.