Mañana, en una audiencia judicial, se le leerán los cargos al vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, que será investigado en un juicio vinculado a las coimas pagadas por la constructora brasileña Odebrecht en su país. A esta instancia se llega después de que la semana pasada la Fiscalía ecuatoriana solicitó a la Corte Nacional de Justicia que iniciara un juicio contra Glas. Debido a que el vicepresidente tiene fueros, la corte tuvo que extender la solicitud a la Asamblea Nacional, dominada por el oficialismo, para que habilitara la investigación. Antes de que el parlamento unicameral sometiera a votación la solicitud, y cuando diputados oficialistas ya se mostraban inclinados a votar a favor, Glas pidió públicamente que se aprobara el pedido para que la Justicia pueda aclarar su situación y se termine el “linchamiento” al que se considera sometido por la oposición.

Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional, el también oficialista José Serrano, aplaudió la actitud de Glas y destacó su transparencia y compromiso con el país.

Glas, vicepresidente de Ecuador desde el comienzo del segundo gobierno de Rafael Correa, en 2012, tuvo a su cargo la coordinación de los organismos vinculados con la gestión del petróleo, área en la que Odebrecht reconoció haber pagado coimas.

Aunque el vicepresidente diera el aval a la investigación en su contra, el caso generó tensiones en la interna de la gobernante Alianza País, donde ya había signos de fragmentación entre quienes se mantienen fieles a Correa y quienes respaldan al actual presidente, Lenín Moreno. Este último le sacó a Glas todas sus competencias, excepto la de sustituirlo en el cargo.

El fin de semana renunciaron a sus cargos la secretaria de la Gestión Política, Paola Pabón, y los consejeros presidenciales Ricardo Patiño y Virgilio Hernández. Se trata de tres dirigentes que son cercanos a Correa y que fundaron Alianza País junto con el ex presidente. Patiño, que fue ministro de Relaciones Exteriores y de Defensa de Correa, confirmó que el alejamiento de los tres obedece a diferencias por el caso Glas. Por su parte, Hernández y Pabón consideraron que es necesario abrir un debate dentro de Alianza País para fortalecerla y los tres pidieron que si algún funcionario cometió irregularidades, no se debe generalizar y decir que el anterior fue un gobierno corrupto.