Durante las protestas de la comunidad mapuche de Cushamen, en la provincia de Chubut, desapareció un joven de 28 años, Santiago Maldonado, oriundo de Buenos Aires y residente en El Bolsón. Santiago se encontraba allí el lunes 31 de julio para apoyar la lucha del pueblo mapuche y acudió a las protestas organizadas por la comunidad en reclamo de la liberación del dirigente mapuche Facundo Jones Huala, detenido y acusado de terrorismo en Chile.

La Gendarmería recibió órdenes de disolver las protestas de forma violenta cargando contra los manifestantes, y así lo hizo. La abogada Elizabeth Gómez Alcorta, especialista en derecho indígena y defensora de Facundo Jones Huala y Milagro Sala, relató al diario Página 12: “Cuando entraron los gendarmes a los tiros todos salieron corriendo, entre ellos Santiago. Corrieron para un mismo lado para ocultarse entre la vegetación y hay quienes vieron dónde se ocultó Santiago. Pero entre los tiros y las agresiones, un segundo más tarde lo pierden de vista y escuchan que un gendarme da la voz de ‘Tenemos uno’, y luego acercan una camioneta de la Gendarmería, abren las puertas traseras y entre varios rodean las puertas para que no se pueda ver”.

En una carta, el hermano del desaparecido, Sergio Maldonado, hizo el fin de semana una descripción similar de lo ocurrido: “Los gendarmes lo rodearon, lo golpearon y lo subieron a una camioneta. No sabemos nada más”. Insistió en que “no se lo tragó la tierra”, sino que “está desaparecido en manos de Gendarmería”.

El gobierno no salió a dar su versión de los hechos hasta ayer, después del revuelo causado a una semana de su desaparición y de la aparente pasividad de las instituciones. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, declaró que fue el Juzgado Federal de Esquel, a cargo del juez Guido Otranto, quien ordenó la intervención policial contra los manifestantes frente a “hechos de violencia extrema como la quema de casas de puesteros y una estación de tren”. Continuó: “Se había tomado la ruta 40, la Gendarmería va por orden del juez a despejar la ruta, en una situación complicada y violenta, porque hay todo tipo de armas. Retiene a dos mujeres con chicos y todos los encapuchados salen corriendo hacia la comunidad de Cushamen, que queda justamente ahí”. Dijo que estas personas fueron liberadas después.

Así, según la versión del juez Otranto y del gobierno, no hay indicios de que Santiago hubiera sido detenido por los gendarmes. Por su parte, Pablo Nocetti, jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, antes del operativo había declarado a Radio Nacional Esquel: “Que sepan que vamos a detener a todos los miembros de este grupo que genera caos y temor en la sociedad”.

Fueron varias las organizaciones y movimientos sociales que se pronunciaron sobre este caso y responsabilizan al gobierno de que no se conozca el paradero del joven de 28 años. Nora Cortiñas, de la Asociación Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, dijo a FM La Patriada que “es muy grave esto que está pasando” y que “la ministra Bullrich debe renunciar ya si tiene un poco de dignidad”. La dirigente consideró que “es una persecución hacia los pueblos originarios”. La ex presidenta Cristina Fernández se puso en contacto con la familia del desaparecido y dijo, en redes sociales, que “el gobierno nacional, de quien depende Gendarmería, tiene la obligación de informar dónde está Santiago y la responsabilidad de su aparición [...] Santiago debe aparecer. Y debe aparecer con vida”.

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) pidió al Comité contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas que actúe “de manera inmediata” para que tome las medidas para encontrar al joven. Según informó anoche el CELS, el Comité respondió al pedido y exigió “la acción urgente del Estado argentino” para encontrar al joven.

La familia, por boca de uno de los hermanos de Santiago, Germán Maldonado, llamó “a todo el pueblo argentino” a que participara ayer en movilizaciones pacíficas en distintos puntos del país.