A menos de una semana del atentado en Barcelona, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) felicitó a quienes lo cometieron y advirtió a España que, si no se retira de la coalición militar internacional liderada por Estados Unidos, seguirá llevando adelante ataques en ese país. En un video titulado “La conquista de Barcelona”, difundido ayer por Telegram, EI pidió a Alá que “acepte a los hermanos” que llevaron a cabo el ataque del jueves 17, que dejó 14 muertos.

El grupo yihadista también insistió en que si sus matanzas se centran en “civiles”, es porque causa “más dolor” y porque “en la casa de los cruzados no existen los inocentes”. Los dos yihadistas que aparecen en las imágenes –uno con la cara descubierta, otro con un pasamontañas– no hacen referencia al ataque de Cambrils, en el que murió una mujer. Sin embargo, los atentados en las dos ciudades catalanas fueron reivindicados oficialmente por el grupo el sábado.

“La guerra contra nosotros continúa hasta el día del juicio”, afirma uno de los hombres en el video, en un español hablado con dificultad. De vez en cuando, se mezclan imágenes del rey Felipe de Borbón, del presidente español, Mariano Rajoy, y del atentado en Barcelona. En otro tramo de la grabación, una voz en off advierte en árabe que si España no se retira de la alianza internacional liderada por Estados Unidos y “deja de hacer la guerra”, el grupo “nunca los dejará tranquilos”.

Como miembro de la coalición, España envió 300 instructores militares a Irak y formó a 20.000 militares de ese país desde octubre de 2014, según datos del Ministerio de Defensa actualizados en mayo. En Siria, el Ejército español no participa militarmente en los ataques aéreos dirigidos a miembros de EI, pero aporta ayuda financiera y apoyo logístico.

La investigación sobre los atentados en Barcelona y Cambrils agregó nuevos datos. Ayer, el alcalde de la ciudad belga de Vilvoorde –considerada uno de los focos yihadistas más grandes de Europa–, Hans Bonte, afirmó que Bélgica transmitió a España sus sospechas sobre el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, identificado hace unos días como el líder de la célula yihadista que atentó contra las ciudades catalanas. Esta comunicación habría tenido lugar después de que el religioso visitó Vilvoorde de enero a marzo de 2016, aseguró Bonte a medios como la agencia de noticias Efe y el diario madrileño El País.

El alcalde manifestó que quien alertó a las autoridades españolas fue el imán de Diegem, una localidad vecina a Vilvoorde, quien consideraba a Es Satty “un hombre extraño, que decía que venía de España porque allí no tenía futuro y que se autoproclamaba imán aunque no tenía ningún papel para acreditarlo”. El imán de Diegem también le dijo a Bonte que Es Satty evadía hablar de su pasado.

“La Policía local y los responsables antirradicalización buscaron toda la información que pudieron y se contactaron con los servicios de inteligencia”, que a su vez se comunicaron con las fuerzas de seguridad catalanas, explicó el alcalde a El País. El intercambio quedó trunco.

Bonte detalló además que, a pesar de no tener pruebas de que el imán de Ripoll tuviera vínculos con el terrorismo, “la comunidad musulmana de la zona decidió expulsarlo de la mezquita”. Sin embargo, fuentes de la Policía Nacional, de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Civil aseguraron al diario La Vanguardia que no recibieron ninguna pregunta de Bélgica sobre Es Satty, lo que contradice la versión de Bonte.

Por otro lado, también trascendió que uno de los puntos que pensaban atacar los yihadistas en Barcelona era la Sagrada Familia, de acuerdo con la transcripción de la declaración de uno de los terroristas detenidos, Mohamed Houli, difundida ayer.

En paralelo, la Policía holandesa anunció que investiga una “posible amenaza terrorista” en Rotterdam después de detener allí al conductor de una camioneta cargada con garrafas de gas que tenía matrícula de España. El alcalde de la ciudad, Ahmed Aboutaleb, aseguró más tarde que el detenido es español. Su presencia llamó la atención porque “iba y venía” de la sala de eventos Maassilo, donde debía actuar Allah-Las, una banda estadounidense. El alcalde de la ciudad decidió suspender el recital, al que iban a asistir cerca de 1.000 personas.