La distribución de energía y la impresión de billetes y de pasaportes son algunas de las tareas del Estado que el gobierno de Michel Temer pretende privatizar antes de que termine su mandato, en 2019. Desde la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, la privatización es una de las herramientas más utilizadas por el actual gobernante para paliar el déficit fiscal.

La privatización y concesión de 14 aeropuertos, 15 terminales portuarias y miles de kilómetros de carreteras son algunos de los 57 proyectos que el gobierno de Temer añadió al Programa de Asociaciones e Inversiones. A estas iniciativas se suma la intención de vender la participación del Estado en otras empresas públicas, como Eletrobras, la Casa de la Moneda y Lotex.

La primera es la empresa responsable de la generación y distribución de la energía eléctrica, y su “desestatización” –tal como denomina al proceso la propia empresa– presenta varios retos. Eletrobras es responsable de supervisar y coordinar a todas las empresas del sector eléctrico, un papel que debería ser adjudicado a otro organismo, y es dueña de 50% de la represa binacional Itaipú, que es propiedad de Brasil y Paraguay.

Por su parte, la Casa de la Moneda es la encargada de la impresión de los billetes y los pasaportes, con todas las consideraciones de seguridad que eso implica. Según el gobierno, aunque el organismo pase a ser privado, estará sujeto a los controles del Banco Central y otros organismos regulatorios.

Otra de las privatizaciones recaería sobre Lotex, la oficina gubernamental responsable de la venta de lotería y de las apuestas. Desde marzo el gobierno trabajaba con la Caja Económica Federal, que formalmente es la dueña de Lotex, en distintas alternativas para que la empresa generara más ganancias.

El gobierno ya había anticipado algunos de estos planes de privatizaciones, dando a entender que las empresas generaban pérdidas y que por eso era necesario desprenderse de ellas. Al referirse a la privatización de Eletrobras, el Ministerio de Minas y Energía informó en un comunicado que la empresa está operando a pérdida desde hace años porque la situación económica no permite que se aumenten las tarifas, y que es necesaria su reestructuración, para lo cual precisa una inyección de capital. Acerca del papel de Eletrobras como controlador del sector eléctrico, el ministerio manifestó en su momento que la intención del gobierno es mantener un porcentaje de las acciones de la empresa (actualmente tiene 51%) y retener su “poder de veto” para “garantizar que las decisiones estratégicas en el sector sean preservadas”.

Según el secretario de Presidencia, Wellington Moreira Franco, el gobierno recaudará 14.000 millones de dólares con este paquete de privatizaciones. Moreira Franco consideró que el proceso de venta y concesión será rápido porque se trata de empresas rentables que momentáneamente dan pérdidas pero tienen un fuerte potencial para generar ganancias.

El gobierno espera poder ejecutar la mayor parte de estas ventas y concesiones en el primer semestre de 2018 y haber terminado con todas para el fin de su mandato, el 1 o de enero de 2019. Este es el segundo paquete de privatizaciones anunciado por Temer. Según el gobierno, el primero avanza a buen ritmo y podría estar terminado a mediados del próximo año.