La célula terrorista responsable de los ataques de la semana pasada en España fue “totalmente desarticulada”, dijo el sábado el ministro del Interior de España, Juan Antonio Zoido. Sin embargo, todavía se desconoce el paradero del conductor de la camioneta que atropelló a decenas de personas en Barcelona y que fue identificado como Younes Abouyaaqoub, de 22 años. Tampoco se sabe dónde están Youssef Aallaa, quien posiblemente ayudó en la fabricación del explosivo que los terroristas iban a detonar en Barcelona, y Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll que los Mossos d’Esquadra señalan como líder del grupo.

El consejero del Interior del gobierno catalán, Joaquim Forn, salió rápidamente a desmentir al ministro y alegó que los Mossos d’Esquadra considerarán “desmontado” el comando cuando el último de sus terroristas esté en la cárcel.

En la misma declaración, Zoido también anunció que el gobierno español mantendrá el nivel de alerta terrorista en el número cuatro –el mismo que rige desde junio de 2015– y que no lo incrementará al máximo, que es cinco. A la vez, adelantó que en las próximas horas se aplicarán medidas para reforzar la seguridad, especialmente en lugares de afluencia masiva, como las zonas turísticas.

De antemano

El jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, explicó el viernes que los terroristas llevaban “unos meses” planificando un ataque más grande en Barcelona, que incluía el uso de explosivos. Pero uno de estos artefactos explotó el miércoles y frustró los planes de los extremistas, que se vieron obligados a realizar, de forma improvisada, los ataques del jueves.

Ayer, Trapero dijo que no podía descartar que Abouyaaqoub haya cruzado la frontera hacia Francia. Podría ayudar a aclarar estas sospechas la información que se pueda obtener de la moto del conductor de la camioneta del atentado en Barcelona, que fue encontrada en la tarde de ayer a diez metros de la casa de Moussa Oukabir, según pudo confirmar el diario La Vanguardia. Oukabir fue uno de los cinco yihadistas abatidos en la madrugada del viernes en Cambrils.

Durante el fin de semana, cobró relevancia el papel del imán de Ripoll en la preparación de los atentados en las dos ciudades españolas. Los Mossos d’Esquadra intentaban ayer atar los cabos. Por el momento, se sabe que Abdelbaki, que ejercía como líder religioso en Ripoll desde hacía dos años, era el único punto en común entre los jóvenes terroristas, la mayoría residentes de esa ciudad y sin antecedentes penales. Según informó la agencia de noticias Europa Press, el imán estuvo cuatro años en prisión por tráfico de drogas. Allí habría conocido a Rachid Aglif, uno de los responsables de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, atribuidos a Al Qaeda.

Por otro lado, Hans Bonte, el alcalde de la ciudad belga de Vilvoorde, confirmó ayer a medios locales que Abdelbaki visitó esa localidad a principios de 2016. Vilvoorde es la ciudad de Bélgica de la que han salido más extremistas con destino a Irak y Siria para entrenarse con Estado Islámico (EI), y desde 2014 es conocida como “la ciudad de los yihadistas”.

Hace dos meses, Abdelbaki avisó en la comunidad que dejaba sus funciones como imán y se volvía a Marruecos, su país de origen. Nadie lo ha visto desde entonces, aunque su desaparición coincide con la fecha en que la célula terrorista supuestamente empezó a construir el artefacto explosivo que pretendía detonar en Barcelona y que explotó de manera inesperada el miércoles 16. Este incidente provocó la muerte de dos posibles terroristas, informaron los Mossos d’Esquadra, que encontraron sus restos en el municipio de Alcanar, donde tuvo lugar la explosión. Según fuentes de la investigación, la policía intenta determinar si los restos de uno de los fallecidos corresponden a Abdelbaki.

En Alcanar, próximo a Cambrils, los terroristas almacenaban más de un centenar de bombas de gas butano y propano, además de un tipo de explosivo conocido como la “madre de Satán”, que es habitual en los ataques de EI, organización que el mismo jueves se declaró responsable del ataque en Barcelona.

Otro dato dado a conocer el fin de semana es que la mayoría de los jóvenes nació en Marruecos, aunque algunos lo hicieron en España. Además, se supo que entre los cuatro detenidos y los seis fallecidos en Cambrils hay lazos familiares.

De acuerdo con los datos del departamento de Protección Civil catalán, actualizados en la noche del sábado, el conductor de Barcelona mató a 13 personas. Se han confirmado cuatro víctimas españolas, dos italianas, dos portuguesas, una estadounidense, una belga y un niño australiano. En tanto, en Cambrils murió una mujer española tras ser apuñalada. El informe detalla que, entre los heridos como consecuencia del ataque en Barcelona, hay 13 en estado crítico.

Parecido o lo mismo | Otros ataques que se presumen terroristas ocurrieron este fin de semana en Turku, Finlandia, y Surgut, Rusia. El viernes un marroquí apuñaló a varias personas en Turku, Finlandia. El supuesto atacante es un joven de 18 años que llegó al país nórdico a principios de 2016 y solicitó asilo. El joven apuñaló a varias personas en una plaza céntrica de la ciudad, lo que causó la muerte de dos mujeres y dejó a ocho personas heridas antes de que la Policía lo hiriera en las piernas para detener el ataque. “Creemos que las víctimas fueron elegidas al azar, pero su objetivo primordial fueron mujeres. De las diez víctimas, ocho son mujeres y los únicos dos hombres heridos fueron atacados por intentar ayudarlas o detener al agresor”, dijo la portavoz de la Policía finlandesa, Krista Granroth. Las autoridades consideran que se trató de un ataque terrorista y estaban investigando el entorno del atacante, que se negó a responder las preguntas de la Policía, que intentaba encontrar posibles cómplices. Otro de los ataques del fin de semana se produjo en la ciudad siberiana de Surgut, donde un hombre de 23 años hirió con un cuchillo a varias personas antes de ser abatido por la Policía. El grupo yihadista EI informó en un comunicado que el ataque lo hizo uno de sus “soldados”. El Comité de Instrucción ruso, encargado de llevar adelante la investigación, mantiene sus hallazgos en estricta confidencialidad, por lo que se desconocen más datos sobre el atacante. EI ya había perpetrado un ataque en Rusia, uno de los países que, a diferencia de Finlandia, intervienen en el conflicto sirio, entre otras cosas, enfrentando militarmente al grupo yihadista.