El Tribunal Supremo de Irak ordenó que se suspendan los preparativos para el referéndum de la independencia del Kurdistán iraquí, previsto para el lunes, mientras juzga si la convocatoria es constitucional. El dictamen fue secundado por varios dirigentes políticos que, desde Bagdad, instaron al gobierno regional kurdo a suspender la convocatoria y buscar una salida negociada y no unilateral.

En junio la presidencia de la región autónoma del Kurdistán iraquí convocó un referéndum de independencia para esta región del noreste de Irak. El anuncio lo hizo el presidente, Masoud Barzani, quien dijo que es “derecho natural de la nación de Kurdistán decidir sobre su camino político y administrativo en un referéndum y como un Estado independiente”. El referéndum fue acordado por el gobernante Partido Democrático del Kurdistán con los opositores Unión Patriótica del Kurdistán y el movimiento Gorran (“cambio”, en kurdo).

El Kurdistán iraquí siempre tuvo la independencia en el centro de sus ambiciones –de hecho es la región iraquí que goza de mayor autonomía–, y el proceso se aceleró con la irrupción del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en la región. Ahora, el Kurdistán acusó al gobierno de Irak, y en particular a su Ejército, de no haber hecho lo suficiente para proteger tanto a esa región como a las zonas que están a su alrededor, cuya soberanía es disputada por el Kurdistán e Irak. Además, desde Erbil se acusó a Bagdad de avalar los bombardeos de Turquía contra los peshmergas, las milicias kurdas que fueron clave para contener a EI tanto en el Kurdistán como en otras zonas de Irak.

El referéndum está previsto tanto en el territorio que hoy está comprendido en el Kurdistán iraquí, una zona muy rica en petróleo, como en regiones cercanas, cuya soberanía es disputada con Bagdad y en donde las autoridades locales decidieron sumarse a la votación.

El primer ministro iraquí reaccionó enseguida y manifestó su rechazo al referéndum. “El deseo de nuestros hermanos kurdos de crear su propio estado es legítimo y nadie tiene el derecho de impedírselo, pero mantener un referéndum en este momento no es oportuno”, dijo en una entrevista con el medio digital kurdo Rudaw, refiriéndose a la presencia de EI en la región y a que “algunos países vecinos pueden ver este movimiento como una amenaza para su propia seguridad”.

A medida que se acerca la fecha de la votación, el tono ha ido subiendo. “Si desafían la Constitución, los límites de Irak y los de la región, es una invitación a los países vecinos a violar las fronteras iraquíes, lo que es un asunto muy peligroso”, dijo el primer ministro ante el Parlamento, en un discurso en el que no descartó recurrir a las Fuerzas Armadas para impedir la votación. Uno de los vicepresidentes iraquíes, el ex primer ministro Nuri al Maliki, aseguró que la realización del referéndum es “contraria a la Constitución y no sirve a los intereses generales del pueblo iraquí”. Además, advirtió que el gobierno no permitirá la creación de un “segundo Israel”, asegurando que “no es aceptable” la instalación de “un país establecido sobre bases religiosas o étnicas, como el Estado judío fue establecido en 1948”, informó la agencia de noticias AFP. Justamente, Israel es uno de los pocos países que han respaldado el referéndum kurdo.

Desde la semana pasada hubo una seguidilla de pronunciamientos dentro y fuera de Irak en contra del referéndum. Entre ellos estuvieron los de Turquía, que mantiene un conflicto con su población kurda, e Irán. Los dos países anunciaron que cerrarán sus fronteras con el Kurdistán si ganara la opción de la independencia, lo que lo aislaría completamente, excepto por su frontera con Siria, donde todavía hay presencia de EI. El portavoz de la cancillería iraní, Bahram Qasemi, dijo que su país mantiene “una postura clara y contundente: apoya la integridad territorial de Irak”.

Además, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido intentan negociar una solución alternativa con los gobiernos kurdo e iraquí. El secretario general de la ONU, António Guterres, consideró que llevar a cabo el referéndum afectaría la recuperación en la región después de años de enfrentamientos con EI y el regreso “seguro, voluntario y digno” de los desplazados.

Mientras tanto, el viernes, en el Kurdistán iraquí, se ratificó la convocatoria al referéndum y a las elecciones presidenciales y parlamentarias, previstas para el 1º de noviembre, sin la presencia de Barzani, quien considera que su “misión” como presidente kurdo estará “cumplida” una vez que se haga la votación. Entonces regresará a su posición anterior como líder militar de los peshmergas. La independencia del Kurdistán iraquí podría tener un efecto en cadena si logra la adhesión de las regiones de los países vecinos donde hay mayoría kurda: Turquía, Siria e Irán.