Dos partidos de izquierda y uno de derecha se aliaron en México para competir con el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones presidenciales de 2018. El Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Movimiento Ciudadano y el conservador Partido Acción Nacional (PAN) inscribieron al Frente Amplio Democrático ante el Instituto Nacional Electoral el lunes. La alianza tiene el objetivo de frustrar las oportunidades electorales tanto del PRI como del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de Andrés Manuel López Obrador, que perteneció al PRD y fue su candidato a la presidencia.

Según una encuesta publicada ayer por el diario mexicano El Economista y realizada por Consulta Mitofsky, López Obrador es el favorito para las elecciones, con 26% de intención de voto, mientras el nombre que más suena para la candidatura del PRI a la presidencia, el del secretario de Gobernación de México, Miguel Ángel Osorio Chong, figura con un respaldo de 15%.

En sus declaraciones a la prensa tras la inscripción del nuevo partido, el presidente del PAN, Ricardo Anaya, no ocultó los objetivos electorales que persigue la coalición. Aseguró que en la alianza “caben todos los que quieren acabar con el régimen corrupto del PRI”. Por su parte, la presidenta del PRD, Alejandra Barrales, dijo que en la alianza se podrá sumar todo el que busque “acabar con la corrupción, la impunidad y la violencia” en su país.

Esta es la reedición en el plano nacional de una alianza que estos tres sectores ya han probado en varias elecciones regionales y que gobierna en los estados de Veracruz, Puebla y Durango, entre otros. Además, Barrales impulsa desde hace semanas que esta alianza se extienda ya mismo al Congreso con una unión de las bancadas del PAN y del PRD. En un discurso que dio ante la bancada de diputados del PRD la semana pasada, la dirigente pidió “un despliegue de buenos oficios” para empezar a trabajar en la construcción del frente legislativo común y buenos gestos para “conformar un bloque opositor que permita demostrar que estas fuerzas, por diversas que seamos, podemos trabajar en unidad”.

El PRD es quizá el que enfrenta más dificultades de los dos partidos, ya que el crecimiento de López Obrador tuvo como consecuencia una reducción del apoyo a ese partido, no sólo entre los votantes sino también entre diputados y senadores, a tal grado que Morena está a punto de convertirse en la tercera fuerza del Congreso, superando al PRD, gracias a los dirigentes que han cambiado de partido en las últimas semanas.

Intentando evitar que este traspaso continúe y se profundice, en su congreso del domingo el PRD no sólo aprobó la fundación de la coalición con el PAN, sino que también decidió aplicar sanciones para quienes hayan participado en actos públicos de Morena en las últimas semanas. Este endurecimiento de las reglas del PRD llevó a que desde el fin de semana empezara una sangría de dirigentes, diputados y senadores que optaron por salir de este partido para sumarse a Morena.