El primer ministro japonés, Shinzo Abe, disolvió el Parlamento de Japón y llamó a elecciones anticipadas. Abe planteó las elecciones como una instancia necesaria para que su gobierno consiga un respaldo que considera indispensable para llevar adelante una serie de políticas económicas. “Hace cinco años logramos cambiar el gobierno con el apoyo del pueblo y prometimos llevar a cabo reformas económicas”, dijo Abe antes de señalar que “ahora es el momento de ir más allá y aplicar las últimas fases para garantizar el crecimiento”.

Este llamado a elecciones es visto como un intento de Abe de aprovechar un momento en el que su gobierno tiene una amplia mayoría, en medio de la crisis regional generada por los ensayos con misiles de Corea del Norte. Según un sondeo publicado por el diario Nikkei el fin de semana, el gobernante Partido Liberal Democrático tiene una intención de voto de 44%. La oposición japonesa está sumamente dividida, y el principal de sus partidos, el Partido Democrático, acanza apenas 8% de respaldo. Abe llegó al gobierno a fines de 2012 y si su partido gana las elecciones, que se celebrarían el 22 de octubre según los medios japoneses, se mantendrá en el cargo hasta 2021.

Además de convocar a elecciones, Abe presentó un nuevo plan de estímulo económico que consiste en distribuir lo recaudado por el aumento del IVA previsto para 2019 en la ampliación de servicios públicos y medidas para fomentar la inversión privada.